Iker Casillas cumplió este lunes 20 de mayo 38 años. El portero del FC Porto no ha pasado su mejor cumpleaños, de hecho ha sido el peor.
Aunque la pareja de Sara Carbonero salió indemne de un infarto de miocardio que sufrió el pasado mes, ahora no tiene el ánimo para fiestas ni celebraciones. Y es absolutamente normal.
Iker Casillas pasa el peor cumpleaños de su vida
Aunque Iker tuvo suerte y la rápida intervención de los médicos le dejó sin secuelas, desde que sufrió el infarto se le plantea una nueva vida y un nuevo futuro en el que, lo más probable, no quepa la posibilidad de seguir jugando en ningún equipo profesional.
Todo ello le ha hecho mella en el ánimo. El portero subió esta imagen a su cuenta de Instagram, con un mensaje en el que explicaba cómo se encontraba: "Esta vez, no ha sido un gran cumpleaños. Estoy seguro, que en algún momento de vuestras vidas: os ha pasado alguna cosa ese día o días atrás que hace que no tengáis tanto buen recuerdo. No estamos exentos de que eso nos pase. Aún así, he tenido que posar y mostrar esta cara algo alegre".
Optimista con el futuro
A pesar de estos momentos de inflexión que está viviendo la pareja, tanto Iker como Sara se muestran optimistas con lo que vendrá a partir de ahora.
"Tengo que estar feliz, feliz porque desde hace 20 días uno sigue estando aquí con vosotros!! Los 37 se fueron...menos mal!! Qué nos traerán los 38...por ahora, verlos!!", añadió en el mensaje.
Una tónica que también predominó en las últimas declaraciones de la periodista: "Hemos vuelto a la normalidad. (...) Lo importante ahora es que él se recupere lo antes posible. Iker y yo no queremos tener miedo a la vida".
Es más que probable que regresen a España
Cuando pase un poco de tiempo la pareja tendrá que pensar en el futuro. Iker deberá valorar si desea volver al fútbol tras el infarto o regresar a Madrid y llevar un día a día tranquilo.
Lo más probable es que Iker deje su trabajo y busque otro relacionado con este deporte pero sin estar a pie de campo. No obstante, podría vivir sin trabajar nunca más, ya que sus empresas acumulan casi 26 millones de euros en activos.
Además, Iker tiene propiedades inmobiliarias en Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón, dos localidades de Madrid donde tanto él como Sara y los dos hijos de la pareja, Martín (5) y Lucas (7), podrían volver a residir sin problema.