Levantarse en un sitio aislado, con un paisaje de cuento que te traslada a cualquier país del norte de Europa, un riachuelo al lado, hojas secas de otoño, un nogal en la puerta de la casa, un tractor que pasa a lo lejos cargado de zanahorias… Silencio, hay tanto silencio alrededor que casi podría oírse. Muchas veces nos complicamos la existencia, y a menudo la belleza está en las pequeñas cosas, en lo que parece nimio.
Esa sensación de belleza en los detalles es fácil tenerla en la comarca leonesa de La Cepeda, una zona despoblada, como muchas otras zonas rurales de España, y de una belleza de paisajes infinita y más, en otoño. Cuando uno viene aquí, debe hacerlo sin prisa, que es un mal que padecemos en muchas urbes del país: aquí se viene a disfrutar de la gastronomía (tremenda la cecina de León), de los paisajes, de la cultura (la cercana Astorga, con su Palacio de Gaudí, merece un día) y a nada más, que a veces la vida contemplativa también viene bien.
Pero volvamos al silencio: seguramente esta paz llamó la atención del monje servita alemán Hermann Kuning von Vach, que hizo el Camino de Santiago cruzando los montes de León. El monje publicó en 1495 una guía de peregrinación que durante el siglo XVI fue muy utilizada por muchos viajeros. En ella sigue básicamente el camino francés pero con dos variantes, en León y posteriormente, en Lugo. Hacia la mitad del trayecto entre León y Astorga, Kuning deja el itinerario calixtino y se dirige hacia La Cepeda, cruzándola, para ir hasta Ponferrada.
Son varios los municipios interesados en dar bombo a este camino y es lógico, puesto que serviría para revitalizar esta zona en la que sobre todo hay casas cerradas que solo reviven en vacaciones y los fines de semana.
La Madrigata es una de esas casas que estuvo cerrada pero que ya tiene vida, y mucha. Se trata de una antigua casa de labranza transformada en casa rural, y con todo lujo de detalles. Llegar ya es en sí, toda una aventura, porque si te fías del GPS puedes acabar a la orilla de un río (para más señales, el río Tuerto), con el coche y no, si no es un 4x4, mejor no experimentar.
El complejo consta de una casa grande y dos apartamentos
La casa, que más bien es un complejo puesto que consta de dos apartamentos y una casa grande, está situada muy cerca de la localidad de Cogorderos. Ha sido decorada con todo lujo de detalles e invita a no salir fuera, a pesar de que el entorno sea espectacular. Tiene la típica arquitectura maragata, con patio interior y balcones: se han mantenido elementos y útiles (como aperos de labranza y mobiliario sencillo que combinan con otros de diseño) pero con un toque de distinción. Que se ve desde la fuente con cabeza de león a la entrada hasta los detalles más nimios como pueden ser una caja de galletas.
La remodelación se hizo con gusto exquisito: un ejemplo, las ventanas, muchas en mal estado, se tuvieron que reponer. Las del patio interior se encontraron a través de ebay: 14 ventanas procedentes de un colegio de Córdoba.
La casa grande tiene una capacidad para ocho personas. El apartamento azul es ideal para cuatro miembros y el apartamento coral, para 2-4. Desde esta localización se pueden hacer numerosas rutas senderistas, acercarse a Astorga (está a 9 kilómetros) o simplemente, pasear hasta el cercano pueblo, con puente aventurero de río incluido, y comprar unas ricas magdalenas en la panadería de la localidad.
Dolce far niente… pero en León.