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Cuatro mercadillos navideños para una escapada invernal

Los mercadillos navideños europeos han vuelto y, con ellos, las ganas de coger un avión para descubrir cualquier lugar de Europa. Abetos decorados, bolas de colores, guirnaldas con lucecitas, música,

Los mercadillos navideños europeos han vuelto y, con ellos, las ganas de coger un avión para descubrir cualquier lugar de Europa. Abetos decorados, bolas de colores, guirnaldas con lucecitas, música, belenes vivientes, artesanías nacionales, puestos con vino caliente y algún picoteo tradicional…

Europa vuelve a vestirse de Navidad y qué mejor momento para disfrutarlo que los meses de noviembre y diciembre, cuando empiezan a instalarse en las calles los mercadillos navideños. ¿Lo complicado? Decidirse por un solo destino.

Budapest

La perla del Danubio es uno de los destinos que no te puedes perder en época navideña. La decoración de las calles, la nieve y el ambiente invernal hacen de Budapest un destino inolvidable. Pasear entre sus calles es hacer un viaje al pasado entre casas palaciegas y edificios aristocráticos algo decadentes, pero que son la esencia de la ciudad. Entre sus mercadillos navideños más interesantes cabe destacar son de visita obligatoria el de la Plaza Vörösmarty (el más famoso de Budapest), el del Parque Vánosháza y el de Adviento en Várkert Bazár, a donde hay que ir a probar su cocina callejera. Tampoco te olvides de visitar sus balnearios, especialmente los que se ubican al aire libre, ¡toda una delicia los meses de invierno!

Krisztian Tabori © Unsplash

Estrasburgo

A finales del mes de noviembre y hasta principios de enero, Estrasburgo tiene un ambiente mágico. El centro de la ciudad se convierte en un verdadero mercadillo navideño al aire libre en el que se esparcen doce emplazamientos a lo largo y ancho del centro de la ciudad con más de 300 puestos de madera, ¡por algo se la conoce como la capital de la Navidad! No pueden faltar la visita a los mercadillos navideños de la plaza Broglie y de la plaza de la Catedral.

Ángel Luciano © Unsplash

Múnich

La capital de Baviera celebra la Navidad con especial intensidad, de ahí que sea un destino perfecto para cualquier fin de semana previo a las fiestas. Allí los villancicos son la música de las calles, los farolillos las luces nocturnas y los mercadillos navideños el pasatiempo favorito de locales y visitantes, sin olvidar el vino caliente y el currywurst para picar algo. Los mercadillos navideños que no hay que perderse en esta ciudad son los que se ubican en Marienplatz -el llamado Christkindlmarkt-, Sendlinger Tor, Residenz -donde se hace una recreación de un belén a tamaño real ambientado en un pueblo alpino alemán- y el mercadillo medieval de Múnich -que traslada a la Edad Media a cualquier visitante a través de las vestimentas y la decoración de las casetas y sus trabajadores-.

Daniel Sessler © Unsplash

Praga

Desde finales de noviembre, la República Checa empieza a vestir sus calles de Navidad. Viajar allí en esta época, en la que comienzan a caer los primeros copos, es trasladarse a un cuento navideño en toda regla. De hecho, ver su Castillo y el Puente de Carlos V nevado puede ser una de las estampas navideñas más bonitas de toda Europa. Sus mercadillos navideños principales están ubicados en dos de sus plazas, la de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí) y en la Plaza de Wenceslao (Václavské náměstí), aunque hay otros dos más pequeños y agradables en Vinohrady (Vánoční trhy Náměstí Míru) y en la Plaza de la República (Namesti Republiky). De allí no te puedes ir sin tomar un vino caliente acompañado de una salchicha tradicional checa. ¡Una delicia!

Mike Swigunski © Unsplash

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