Mila Ximénez falleció el pasado miércoles a causa de un cáncer de pulmón con el que llevaba luchando un año. La tertuliana de Telecinco intentó superarlo pero al final la enfermedad pudo con ella. Durante estos últimos días, la familia ha estado recibiendo el apoyo de todos, tanto en el tanatorio como el el cementerio, donde el cuerpo de la colaboradora de Sálvame ha sido incinerado, tal y como ella quería.
Con esto se cerró una etapa y se abrió otra. Desde entonces, la familia ha pedido provacidad y respeto mientras solucionaba los temas legales que suelen sucederse tras todos los fallecimientos, como los traspasos de propiedades y la lectura de la herencia, que en el caso de Mila Ximénez no es muy abundante, al menos en lo que a pertenencias tangibles se refiere.
A pesar del alto nivel de vida que llevaba Mila, no tenía ninguna propiedad a su nombre, no así ahorros y objetos de valor. Una herencia que dejó debidamente repartida antes de fallecer.
Lo que Mila Ximénez ha dejado a Kiko Hernández y Belén Esteban
Este martes, ha comenzado la mudanza en casa de Mila Ximénez, cuyas pertenencias ya te encuentran embaladas, con el debido nombre de a quién van dirigidas. En las fotos captadas por los paparazzo, hemos visto que hay numerosas cajas y cuadros, y que en todos ellos se especifica a quién o dónde van a viajar.
Así, hay cajas con destino a Ámsterdam –donde vive su hija y sus dos nietos–, Granada –donde está una de sus hermanas–, y Madrid, donde residen sus compañeros de Sálvame, a quienes ha dejado varias pertenencias en herencia.
Tal como se puede ver en las fotos, hay un cuadro que ya pertenece a Kiko Hernández, que más que un amigo para ella era casi como un familiar. Junto al mismo cuadro, se aprecia que hay un abultado sobre en para Belén Esteban, que bien podría contener joyas.
Como vemos, Mila Ximénez dejó todo bien atado antes de morir, y se pudo despedir de sus seres más queridos, entre los que se encontraban Jorge Javier Vázquez y María Patiño.
Una herencia más emocional que económica
Durante todos estos años, sobre todo en los referidos a tu etapa en la televisión, Mila ha ingresado suficiente cantidad de dinero como para permitirse el nivel de vida que llevaba. En su último año, se trasladó del barrio de Salamanca, donde llevaba más de diez años de alquiler, a una casa más lujosa en Chamartín. Un piso de más de 200 metros cuadrados por el que pagaba 2.700 euros al mes. En esa casa fue donde quiso despedirse del mundo, arropada por su hija, sus hermanos y un amigo.
El alquiler mensual tan elevado que pagaba Mila Ximénez podía permitírselo, ya que, como hemos dicho, lleva facturando años, y sin parar desde el año 2000. Además, ella siempre ha tenido una filosofía de vida de vivir el momento y no preocuparse demasiado por el mañana. De hecho, siempre ha dicho que no le daba importancia a los bienes materiales.
De esto se entiende que tendría dinero ahorrado en sus cuentas corrientes, y no así propiedades, pues en 2020 extinguió la última empresa en la que figuraba su nombre: Alexal y Malube SL. Años antes, en 2004, dio de alta Almisan 2 SL, una empresa dedicada a la consultoría, que cerró en 2016.
Al nombre de Mila Ximénez, pues, no consta nada más. Ni casas, ni coches, ni terrenos. Todo lo que deja es amor, cariño y, como se estima, dinero líquido y quizá inversiones, los cuales, presumiblemente, irán a parar a Alba y a sus dos nietos menores de edad.