La cantante y presentadora Raffaella Carrà ha muerto a los 78 años de edad. "Nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre", ha dicho el que fuera su pareja, Sergio Japino, en un comunicado transmitido a la agencia agencia 'Ansa'.
Japino ha explicado que la artista italiana ha fallecido "tras una enfermedad que desde hace tiempo atacaba ese cuerpo suyo tan diminuto y tan lleno de energía desbordante", antes de añadir que "su fuerza imparable, que la impuso en la cima del sistema estelar mundial, una voluntad de hierro que nunca la abandonó hasta el final, asegurándose de que nada de su profundo sufrimiento se filtrara. Otro gesto más de amor hacia su público y hacia quienes compartían su afecto, para que su calvario personal no perturbara su brillante recuerdo".
"El funeral se definirá en breve. Raffaella pidió un simple ataúd de madera sin terminar y una urna para guardar sus cenizas. En la hora más triste, siempre única e inimitable, como su risa abrumadora. Y así es como todos queremos recordarla. Adiós Raffaella", ha concluido Japino.
Una carrera que le llevó a España
Nacida en Bolonia el 18 de junio de 1943, en pleno transcurso de la II Guerra Mundial, Carrá empezó su carrera profesional con nueve años al ser escogida para un papel en la película Tormento del passato. Tras eso, a los quince años, se matriculó en el Instituto de Cinematografía, formándose además como bailarina. Posteriormente, mediada la década de 1960 optó por seguir los pasos de otras italianas que habían logrado el éxito en los Estados Unidos, como Sofía Loren, y dio el salto a Hollywood, donde consiguió un papel en la película El coronel Von Ryanal, protagonizada por Frank Sinatra.
Sin embargo, su paso por la meca del cine fue efímero. Carrá regresó a Europa en los inicios de la década de los setenta y, de paso, aprovechó para cambiar de look al característico rubio platino que, unido a su carisma, su estilo trasgresor y su mensaje sin límites sobre la libertad, el amor libre y la homosexualidad, acabó por convertirla en un icono.
Desde entonces, la artista desarrolló una polifacética carrera como cantante, compositora, bailarina, coreógrafa, presentadora de televisión y actriz, dándose a conocer tanto en su Italia natal, siendo una estrella del canal televisivo RAI, como en España, donde presentó diversos programas en TVE, y Latinoamérica.
Carrà, que ya era una estrella en Italia, donde llegó a ser censurada por el Vaticano por interpretar en directo su éxito Tuca Tuca enseñando el ombligo, no tardó en alcanzar unas cuotas de popularidad similares al desembarcar en el España. Debutó en la cadena pública en 1975 con el programa ¡Señoras y señores!, siendo presentada como “un fenómeno nuevo”, y poco después se consolidó con La hora de Raffaela Carrà, un espacio que le catapultó a la fama también en Latinoamérica
De 1993 a 1994 presentó en TVE el espacio A las 8 con Rafaella, que compatibilizó con Hola, Raffaella, donde se hizo especialmente popular el juego "Si fuera", en el que los invitados del programa conversaban con la presentadora. Posteriormente, tras pasar por Telecinco dirigiendo el programa magazín En casa con Rafaella, regresó en la década de los 2000 a TVE para presentar Salvemos Eurovisión, un espacio especial del Festival de Eurovisión 2008.
En 2016, "la Carrà", como popularmente se le conocía, anunció emocionada en un programa de la televisión italiana que quería retirarse de la pequeña pantalla para pasar el testigo a las nuevas generaciones.
Canciones bailadas por varias generaciones
Más allá de su larga trayectoria en la pequeña pantalla, Carrà dejó una gran huella con sus canciones, capaces de conquistar con su ritmo y sus bailes desenfrenados y descarados, a varias generaciones de fans.
'A far l'amore comincia tu', 'Tanti Auguri', 'Caliente, caliente', 'Hay que venir al sur', 'Fiesta', 'Rumore', 'Caliente, caliente' o 'Tuca, tuca' son algunas de los temas más conocidas dentro de un amplio repertorio de más de 40 años sobre los escenarios.
En 2018 publicó un último disco con canciones de Navidad, titulado Ogni volta che è Natale, en el que incluyó 'Happy Christmas' de John Lennon, pero adaptada a ritmo de vals, o la emotiva 'Hallelujah', de Leonard Cohen, cantada junto a dos sopranos.
