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El lado turbio del Orgullo Gay: "Se aprovechan de las travestis"

Hablamos con artistas e 'influencers' de la noche madrileña, quienes denuncian que muchos quieren 'sacar tajada' de sus looks y 'shows' a cambio de nada o de presupuestos demasiado bajos

Madrid es símbolo de libertad, diversión y reivindicación. Cada año miles de personas se reúnen en sus calles para defender los derechos del colectivo LGTBIQ+ en las celebraciones del Orgullo Gay e intentar que cada día que pase la sociedad evolucione y no se dé ningún paso atrás. Este año será diferente por las medidas sanitarias impuestas para luchar contra el coronavirus, pero lo cierto es que la lucha sigue. 

Si alguna vez te has acercado al barrio de Chueca, seguro que has podido ver algún espectáculo de Ariel Rec, Killer Queen, La Prohibida, Supremme de Luxe o Kika Lorace. Estas son algunas de las drags que trabajan a diario para entretener a cualquiera que les apetezca ver un gran show divertido lleno de chistes, playbacks y mucho colorido y brillantina. 

Ariel Rec y Killer Queen

Marcas publicitarias, a la caza de travestis 

Vozpópuli se ha puesto en contacto con Ariel Rec y Killer Queen para saber cómo algunas empresas han querido contar con sus servicios en las redes sociales durante estas fechas del Orgullo Gay y aprovecharse de su trabajo a cambio de nada o presupuestos muy bajos. "Durante estos días las marcas nos marean muchísimo. No sabemos si por cómo se iba a gestionar o por qué, pero me proponían una campaña por la mañana y me la cancelaban por la tarde. A muchos les ha podido el ansia y se ha convertido en una situación algo turbia", explica el también influencer Rubén Errebeene (cuya transformación es muy parecida a la de La Sirenita). 

"Todas las marcas han estado en busca de perfiles LGTBIQ sin sentido, proponiendo cosas a gente que no trabaja de esto y que no hacen las cosas como deberían. Ha sido todo muy complicado. Cuando han visto que nos montamos para las redes sociales pues se han creído con el derecho de pedirnos y proponernos cosas gratis", sigue. 

"Me escribieron de forma urgente para una campaña. Me mandaron un correo diciendo que mi perfil es el que buscaban para una publicidad muy importante de citas. Me ofrecieron 300 euros y todo tenía que ser muy deprisa porque les urgía. Necesitaban una foto hecha para ese mismo día. Me maquillé y vestí, edité lo que me pedían y al día siguiente me escribieron que todo se cancelaba", nos explica Killer Queen.

"Días después me volvieron a escribir y me dijeron que sí, que me necesitaban, pero que ahora el presupuesto era de 50 euros y que además tenía que hacer dos historias más para Instagram. Con otra marca nos ha pasado algo parecido: nos llamaron y nos dijeron que contaban con nosotras y en el último momento nos dijeron que no", añade la artista harta de que intenten aprovecharse de su trabajo.

Killer Queen

Travestis 2.0: reinventarse durante la pandemia 

"Durante la cuarentena hemos hecho mil cosas para entretener. No hemos podido trabajar en los locales, así que hemos tenido que reinventarnos y hacer shows por Instagram. Dejábamos nuestro PayPal o Bizum por si alguien quería hacer una donación y así ganar algo de dinero", explica Ariel. "Esto ha influido después porque mucha gente nos pedía que colaborásemos en sus canales de Youtube o entrevistas mientras estábamos montadas (vestidas de su personaje drag) cuando ellos querían y sin ningún tipo de beneficio para nosotras", añade.

Me maquillé y me vestí, edité lo que me pedían y al día siguiente me escribieron diciendo que todo se cancelaba

"Hay gente que no valora nuestro esfuerzo y se piensan que esto es muy fácil. Nosotros no estamos todo el día con los trajes de mujer. Tenemos nuestra vida y nos organizamos para hacer este trabajo a la par de otros. Es muy duro y tiene muchas dificultades", continúa. 

"Como influencer te digo que hay muchas marcar que solo nos llaman durante el Orgullo Gay, pero bueno hay que hacerlo. Hay mucha gente que no se da cuenta de que nosotros trabajamos durante todo el año. En mi caso soy muy selectivo con las campañas que hago y miro qué marca es la que me está ofreciendo algo. Me gusta que se comprometan con el colectivo y si veo que su política no es lo que debiera, les digo que no", concluye Errebeene. 

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