La colaboradora de ‘Sálvame’, Raquel Bollo, está contra las cuerdas. Después de 4 años de una dura instrucción judicial, Bollo se enfrenta a un juicio que podría costarle dos años de cárcel y otros dos de inhabilitación, según recoge ‘Informalia’.
Esto se debe a la denuncia pública que la colaboradora ha hecho contra su ex marido desde el pasado mes de noviembre de 1998, en donde le tachó de maltratador y afirmó que tuvo un aborto, consecuencia de las palizas que supuestamente, recibió por Antonio.
Sin embargo, nunca ha habido pruebas evidentes que sostengan esta versión. Ni si quiera el hospital hizo ningún informe en el que se estimara algún tipo de violencia en el cuerpo de Raquel.
La falta de verdad es una incursión directa a un delito penal, y “hay indicios de que así haya sido”, según los abogados de su ex marido, y este hecho se ha repartido desde entonces en numerosas entrevistas realizadas a la colaboradora, donde lejos de quedarse callada, se ha reafirmado siempre en su versión.
Por ello, esta querella interpuesta por Chiquetete, se extiende también a Mediaset y a ‘La fábrica de la tele’ por permitir el eco y revuelo mediáticos, exigiendo una fianza de 700.000 euros que ya ha sido depositada en la sede judicial por parte de ambas entidades.
Recordemos además que ya en el pasado mes de mayo, Antonio Cortés le ganaba a su ex mujer la demanda que le interpuso ella con la que pretendía modificar la pensión de los dos hijos que tuvo con el cantante: Manuel, de 20 años, y Alma, de 16.
Hasta entonces Chiquetete había estado pagando 1.000 euros de pensión todos los meses. Sin embargo después de esta sentencia, Manuel dejará de recibir la pensión, mientras que Alma tendrá una de 240 euros, según ha publicado la revista ‘¡QMD!’. El juez ha considerado que el hijo mayor, que está comenzando a despuntar como cantante, se gana la vida mucho mejor que su padre.
Con la reducción de esta cantidad mensual, Raquel tendrá que despedirse de su sueño de dejar los platós y convertirse en una persona anónima dedicada a su tienda de ropa. Su cesión de querer dejar la tele vino a raíz de sentirse humillada y atacada por sus compañeros. Según su entorno más cercano “este varapalo judicial la tiene hundida” y Raquel está que trina.