Dicen que el tiempo ha destensado la relación entre el rey Juan Carlos y la reina Letizia. Algo que no todos creen. Y es que, mucho se ha hablado en los últimos años sobre las desavenencias entre el Emérito y la mujer del rey Felipe VI. Una enemistad que se remontaría al inicio de la relación de los por entonces príncipe de Asturias, la cual su el exmonarca no vio con buenos ojos.
Así lo han asegurado numerosas fuentes, que incluso apuntan a que el rey Juan Carlos vio en la reina Letizia a la persona responsable de su caída en desgracia. Así lo señaló hace unos años la periodista Pilar Eyre, que con motivo del décimo aniversario de la abdicación del Emérito, desvela la humillación pública que por entonces recibió la actual Reina de su suegro.
La cuestionada actitud del rey Juan Carlos en su ceremonia de abdicación
El pasado 2 de junio se cumplieron diez años desde que el rey Juan Carlos anunciase su abdicación. Una decisión que, según aseguran, no fue nada fácil para el monarca, que incluso descubrió cómo su entorno había planeado a sus espaldas su sucesión.
“Fue un golpe totalmente inesperado, lleno de incógnitas, de misterios, que llevaba preparándose desde hacía más tiempo del que nos imaginamos, a espaldas del rey Juan Carlos, que no quería abdicar de ninguna de las maneras” apuntó hace unos días Pilar Eyre.
Y ha sido la experta en Casa Real quien ha revivido la ceremonia en la que, el 18 de junio de 2014, el rey Juan Carlos firmó su abdicación. Un acto “breve e inesperado sobre la marcha, ya que no había precedentes, y tuvo que improvisarse con la ayuda de algunos expertos en protocolo”.
Fue durante esta ceremonia cuando, tal y como relata Eyre en su blog ‘No es por maldad’ de la revista ‘Lecturas’, el rey Juan Carlos despreció a la reina Letizia, a la vista de todos los asistentes. “No miró a su nuera ni una sola vez durante la ceremonia oficial de abdicación. La ignoró como si no estuviera presente, y eso que hasta dos veces le dijo Felipe a su padre en voz baja que la saludase. Tozudo, Juan Carlos se negó en unas imágenes históricas reproducidas miles de veces en todo el mundo”, señala la periodista.
Fue una ceremonia un tanto extraña, “los cuatro (los reyes Juan Carlos y Sofía y los príncipes Felipe y Letizia) sentados, como si estuvieran en el metro, frente a un público formado por altas instituciones del estado, expresidentes, políticos, históricos y, como familia del rey saliente, no sus hijas sino sus hermanas Pilar y Margarita… casi todos juancarlistas”.
Según relata Pilar Eyre, durante el acto “el rey Juan Carlos paseaba una mirada errática por el salón”. Y es que, tal y como ha añadido la periodista en su canal de YouTube, ese día, “tenía muy mal aspecto, se le vio triste”. Algo en lo que también tuvo que ver Corinna Larsen quien, ya desenamorada de él, "dejó de contestar a sus mensajes y respondía con evasivas" a los planes de futuro juntos.
Fue un momento incómodo para todos, incluido el rey Juan Carlos quien, “esos días se había enterado de que el grupo que trataba de echarle a patadas del trono, según decía él con amargura, estaba compuesto por los ‘cuatro magníficos’, cuatro hombres de la casa, y de… su hijo. Y de Letizia. ¡Su nuera, una persona ajena a la familia! La asturiana opinando y poniendo el pulgar hacia abajo, así se la imaginaba él”.
La humillación pública que recibió la reina Letizia del rey Juan Carlos
Tal y como confirmó hace unos días Rafael Spottorno, exjefe de la Casa Real y durante años hombre de confianza del rey Juan Carlos, la por entonces princesa Letizia participó en el grupo de trabajo que se creó para la abdicación del Emérito.
Algo que, según cuenta Eyre en YouTube, molestó enormemente al Emérito: “Letizia fue a saludarlo y él le giró la cara, no le quiso dar un beso. Fue una escena bastante violenta, la verdad”.
Pero no solo se negó a la saludarla, según cuenta la periodista en ‘Lecturas, el rey Juan Carlos “no la miró ni una sola vez durante la media hora que duró la ceremonia de abdicación. Supongo que para Letizia esa media hora se hizo interminable, sabiéndose rodeada de personas hostiles. Intentaba sonreír, miraba a sus hijas con ternura, trataba de mostrarse natural para que la gente no se diera cuenta de ese desprecio”.
Acabado el acto, el rey Juan Carlos se marchó “tan rápido a pesar de su cojera que casi se interpuso en el camino de Letizia y de sus hijas, que se quedaron algo desconcertada”. Una actitud que no pasó desapercibida para nadie, ni para el rey Felipe que intervino para apoyarla: “Felipe, caballerosamente, retrocedió para ponerse al lado de su mujer y protegerla, y Leonor y Sofía, con ese instinto especial que tienen los niños, cogieron la mano de su madre y emprendieron los primeros pasos de su nueva vida”.
maripepa
Al Emérito no le gusta la nuera, mas o menos como a las tres cuartas partes de españoles que la encontramos inadecuada, y que además cae como una inspección de Hacienda. Felipe tenía que haberse marchado con su entonces novia a ver cuanto le duraba.