Susanna Griso es poco dada a hablar de su vida privada, sin embargo, este martes en su programa 'Espejo Público' desveló una de las cosas de las que más se arrepiente de cuando sus hijos eran bebés.
Fruto de su matrimonio con Carles Torras, del que Susanna Griso se separó en 2020 tras 23 años juntos, tuvo a sus dos hijos, Jan, de 20 años, y Mireia, de 18. Años más tarde, en 2018, la pareja adoptó a Dorcette, de 11 años, que procede de Costa de Marfil. Además, la presentadora es madre de acogida de Koudus, de 20 años, como su hijo mayor.
En el programa debatieron sobre el colecho y hablaron de sus ventajas y de los riesgos de dormir con tu hijo. Un tema que está de actualidad después de que se haya conocido que "tres jueces cuestionan que una madre haga colecho con su hijo de 9 años en una sentencia por la custodia del menor". Otro de los titulares de estos días rezaba así: "El colecho, una práctica polémica que gana adeptos pese al riesgo para el bebé".
Susanna Griso confiesa qué es de lo que más se arrepiente de no haber hecho con sus hijos cuando eran bebés
En el programa contaron con el testimonio de Nerea Díaz, una madre que duerme con su marido y sus hijos de 13, 9 y 6 años en la cama, un tema que trajo polémica. Una de las primeras cosas que le preguntaron es cuándo colecha entonces el matrimonio. "Cuando se van con los abuelos. Un par de veces al mes", señaló la mujer, a lo que Susanna Griso apuntó: "Poco es".
En el espacio también entró en directo por videollamada Gonzalo Pin, pediatra especialista en medicina del sueño, que señaló al respecto: “La persona que más ha estudiado sobre esto que es Nils Bergman. Él recomienda que hagan colecho hasta los 3 años. A partir de entonces, si tú revisas los datos basados en evidencia científica no tenemos datos suficientes para recomendar o no recomendar el colecho en niños mayores. Hay opiniones pero no hay datos científicos para dar una opinión basada en la ciencia”.
Fue entonces cuando Susana Griso confesó que ella se arrepentía de no haber dormido con sus hijos en la misma cama porque puso en práctica el método Estivill, que consiste en dejar al bebé en la cuna cuando todavía está despierto aunque llore. La clave está en que los niños duerman solos y en su propia habitación lo antes posible. “Dicen que los gorilas, los chimpancés… duermen con sus bebés hasta los 5 años. Yo que apliqué el método Estivill y fui súper estricta con ese tema y a mis hijos les separé y les puse en la cunita. Ahora si volviese a ser madre los tendría durmiendo conmigo hasta bastante más adelante porque llega un momento, que se van y les echas de menos”, manifestó con cierta melancolía.
La colaboradora de 'Espejo Público', Mariló Montero, comentó que no se podía “compensar el colecho con que se van a ir de casa”. Entonces Susana Griso explicó: “No me refiero a eso, me refiero a que ellos se van muy pronto de la cama. Es decir, cuando les das la oportunidad de que vengan, ellos mismos, por lo menos los míos, se salen pronto”, se lamentó.
Mariló Montero, que tiene dos hijos con su exmarido, Carlos Herrera, dio su punto de vista sobre si ve bien dormir con los hijos o no: “A mí me parece encantador. Si es que, además, me parece que el sentido de la vida es la maternidad, poder olfatear al bebé, al niño, incluso cuando ya es mayor o cuando viene por la noche pidiendo protección. No me ha tocado porque mis hijos no han tenido prácticamente mala noche, pero me ha gustado muchísimo disfrutarlo y lo entiendo”.
Tras ello, Montero lo comparó con la cultura de otros países o la situación que hay en otras familias que viven en casas pequeñas. “Compáralo con los países africanos, cuando se meten en una cabaña, entra toda la familia. Entonces es una cosa muy natural, no solamente en animales, pero las familias que no tienen espacio vital físico para poder tener una vida separada, en grupos, como el matrimonio o los hijos, duermen en las mismas habitaciones. Cuando hay personas que son vulnerables, que no tienen dónde dormir más que 8 en una habitación, no veo que luego haya perjuicio emocional psicológico en su desarrollo personal. Por este motivo, entonces, no veo el perjuicio de dormir con un niño, otra cosa es que pueda ser peligroso”.
El pediatra señala: "El colecho es una decisión familiar que depende de la cultura y el tipo educativo"
Después, el colaborador Juan Soto Ivars apuntó: “La invención de los dormitorios es más reciente de los que nos podamos creer si miramos la historia de la humanidad pero sí hay una cosa que puede ser nefasta para los niños, que es terminar siendo utilizados como herramientas de los padres para una carencia suya. No digo que todo el colecho lo sea ni de lejos pero sí que se ve a veces que padres que no saben poner límites, empiezan por no poner límites por la cama. Entonces, como síntoma, el colecho de otra cosa sí puede ser preocupante a lo mejor. No el colecho en sí pero ¿qué nos está diciendo el colecho sobre cada casa?”.
Nerea Díaz, la madre que estaba a favor del colecho y duerme con sus tres hijos, se mostró en desacuerdo y señaló: “Mis hijos tienen sus límites y creo que se los hemos impuesto bien. Se saben comportar y saben cuándo están bien hechas las cosas y cuándo no. No tiene nada que ver con que duerman con nosotros. De hecho, ellos eligen”.
A continuación, Mariló Montero destacó: “Ellos eligen porque han sido educados así, esto es importante también. En Camboya, en India... duermen todos en un tatami, no pueden elegir porque es lo que les toca, pero elegir la educación sí se puede hacer”.
Tras ello, el doctor Gonzalo Pin explicó: “El colecho, como el sueño, tiene un componente biológico, psicológico, un componente social y ambiental. Cada cultura tiene una forma de realizar el colecho como están comentando y no podemos comparar la situación de una sociedad occidental del siglo XXI con lo que ocurre en África en determinadas situaciones. Lo que nosotros podemos medir a medio y largo plazo, tiene tantos factores que influyen en ellos, que es muy difícil ver si esto es consecuencia o no del colecho”.
El pediatra continuó diciendo: “En niños pequeños, el colecho es una decisión absolutamente familiar y tiene que ser una decisión en la que se tiene en cuenta, además, ciertos factores de seguridad del niño en cuanto a la relación del síndrome de muerte súbita del lactante. Quiero decir, que no haya tabaco, que no haya exceso de calor, que no hay una serie de circunstancias… Teniendo en cuenta esas circunstancias, en niños pequeños, los datos que tenemos es que no son ni positivos ni negativos, es una decisión absolutamente de la familia y depende de la cultura y el tipo educativo que indican los padres. En niños más mayores de 7 años es donde no tenemos datos y hay que averiguar si es un colecho voluntario educativo, es un colecho reactivo a cualquier circunstancia, tanto del niño como de la madre. Cada circunstancia familiar es totalmente diferente”.