El INE hizo pública la semana pasada la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, que arrojó un aumento del número de parados de casi 30.000 personas y la destrucción de casi 125.000 empleos. Ese es el principal dato de esta estadística y el que se lleva todos los titulares, pero se trata de un documento muy amplio y lleno de datos del que podemos extraer otras conclusiones interesantes, como el hecho de que España tenga hoy más inactivos que nunca.
La EPA es una investigación por muestreo, continua y de periodicidad trimestral, dirigida a las viviendas familiares, que se realiza desde 1964. Su objetivo principal es obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus diversas categorías: básicamente los ocupados y los parados. Pero también arroja información sobre la población ajena al mercado laboral, es decir, los inactivos. Son las personas que no aportan al sistema porque no están ocupados ni buscando empleo, no pueden o no quieren trabajar.
Este colectivo incluye, por ejemplo, a los estudiantes, a los amos y amas de casa, a los incapacitados laborales, las personas que realizan trabajos sociales o benéficos no remunerados o personas que reciben rentas del capital que les permiten vivir sin realizar una actividad laboral. También están entre los inactivos los jubilados y prejubilados, un colectivo que no para de crecer en España y que, según las previsiones demográficas, seguirá aumentando a pasos agigantados.
Máximo histórico
Quizá ese sea uno de los motivos por el que este dato ha marcado un máximo histórico en el primer trimestre del año y ha superado los 16 millones de personas. En el primer trimestre de 2002 había, por ejemplo, 15,8 millones. Pero quizá lo más curioso es el incremento que ha ido registrando este dato en la salida de la crisis. Desde 2012 la cifra no ha hecho más que aumentar.
Una de las oscuras realidades que puede estar escondiendo este dato es que muchos parados de larga duración pueden haberse hartado de buscar trabajo. Y han desistido. Eso explicaría también el descenso del número de activos, que incluye a las personas que están trabajado y a las que están paradas pero en búsqueda activa de empleo. Parados y ocupados.
Hoy en España hay 22,6 millones de personas activas: 18,8 millones ocupadas y 3,8 millones paradas. Hay que remontarse al cuarto trimestre del año 2007 para encontrar una cifra más baja. Por eso, precisamente, la tasa de actividad de la economía española está en unos registros tan bajos.
Y es que si miramos las cifras de paro y empleo en el último año vemos que el paro se ha reducido en 458.900 personas, pero el empleo ha aumentado en menor magnitud: en 435.900 puestos de trabajo. La diferencia entra una y otra cifra, 23.000 personas, muestra el descenso de la población activa, la que está en edad y disposición de trabajar.
En España cada vez hay más jubilados y la cifra seguirá aumentando en los próximos años
No hay que restar importancia al impacto que genera el aumento del número de jubilados en la cifra de inactivos. Hoy se pagan en España más de 9,5 millones de pensiones, un 21% más que en 2005. Y el 61% del total, casi 6 millones, son de jubilación. Lo peor es que la cifra no parará de aumentar en los próximos años. En el año 2066, según el Instituto Nacional de Estadística, uno de cada tres españoles tendrá más de 64 años, lo que supondrá un verdadero reto para el sistema de pensiones español.
En cambio, en ese mismo año, España habrá perdido casi 5,5 millones de habitantes y la pérdida se concentrará en la población activa. Por ejemplo, la población de entre 30 y 50 años bajará un 40% en los próximos 50 años, lo que, casi toda probabilidad, hará que la tasa de inactivos, que hoy está en máximos, siga creciendo y presionará al alza el gasto si queremos mantener el actual estado de bienestar.