Charlamos con Alex Puig. Es el CEO de la Red Alastria. Un consorcio del que ya forman parte los grandes del Ibex 35 -Banco Santander, Telefónica, BBVA, Endesa...- y otras 200 empresas, asociaciones y organismos públicos, cuyo fin es el desarrollo de soluciones basadas en blockchain. Un sistema tecnológico, una metodología, que permite realizar transacciones de forma segura y al instante, entre otras muchas cosas.
"Hemos propuesto al Estado la posibilidad de utilizar blockchain para que el ciudadano y las empresas paguen impuestos. Estamos hablando con El Tesoro, con CNMV, con el Banco de España... Sería algo muy cómodo. Un autónomo, por ejemplo, no tendrían que realizar las tediosas declaraciones. No se vería obligado ni a calcularlos ni a enviar o recibir facturas. Los impuestos se calcularían y pagarían instantáneamente, de forma automática, y se explicaría digitalmente cada pago. El incremento de productividad sería espectacular. De momento están escuchando activamente y ven esta propuesta acertada", explica Puig en una entrevista concedida a Vozpópuli.
Hace sólo unas semanas la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera (SGTyPF) formalizaba un acuerdo con el consorcio Alastria, por el cual se convertía en el primer organismo público en formar parte del consorcio. También forma ya parte del mismo el ICO (Instituto de Crédito Oficial) y el Colegio de Registradores, como organismos más representativos más allá de las empresas. Noticias que ponen de relieve que lo público -como lo privado- está también condenado a pasar por el aro de la tecnología blockchain.
Blockchain permite compartir la información de todo lo que sucede en esa red a través de un registro al que todos sus miembros pueden acceder, de ahí que sea difícilmente modificable. Cuando alguien trata de editarlo, todos se dan cuenta y pueden, o no, validar los cambios
Uno de los motivos por los cuales el Gobierno ve con interés esta propuesta reside, además de en la eliminación de los trámites burocráticos, en el hecho de que esté alineada con la GDPR, la nueva regulación de protección de datos que entrará en vigor el próximo 25 de mayo en el viejo continente.
Un DNI basado en blockchain
La Red Alastria también trabaja en un sistema de Identificación Digital para empresas, administraciones públicas, personas y objetos.
"Puede ser un complemento al DNI. En el caso de que un agente de la ley pare nuestro coche gracias a la Identificación Digital se podrá saber si el coche tiene la ITV pagada, si está al corriente del pago del seguro y si la licencia del conductor está en vigor, además de certificar que realmente él es el propietario. Todo sin necesidad de portar ningún documento físico encima, sólo con la matrícula del vehículo y el móvil del propietario del mismo", matiza Puig.
También permitirá a un usuario realizar operaciones bancarias en oficina o pagar el recibo de la luz en lugares físicos sin la necesidad de llevar el DNI. Es un sistema que puede certificar cualquier cosa, como la entrada a un edificio o un espectáculo deportivo.
En el caso de que un agente de la ley pare nuestro coche gracias a la Identificación Digital se podrá saber si el coche tiene la ITV pagada, si está al corriente del pago del seguro y si la licencia del conductor está en vigor sin necesidad de portar ningún documento físico encima
Blockchain permite compartir la información de todo lo que sucede en esa red a través de un registro al que todos sus miembros pueden acceder, de ahí que sea difícilmente modificable. Cuando alguien trata de editarlo, todos se dan cuenta y pueden, o no, validar los cambios.
Salto a Sudamérica
"Queremos internacionalizar Alastria, llevarla a otros países. El año que viene pretendemos dar el salto a Sudamérica. La expansión de las redes blockchain nos permitirían, por ejemplo, desarrollar un pasaporte internacional que permita a su propietario moverse con libertad por cualquier país que se encuentre dentro de la red y a los países tener la seguridad de que su propietario es quien dice ser", declara Puig.
Eso será el año que viene. Este van a centrarse en ampliar el número de socios de la Red Alastria. Y en poner en valor las posibilidades de esta tecnología. "Para ciberatacar a una de las grandes empresas que forman parte de Alastria -no cita, pero se refiere a compañías como el Banco Santander, Telefónica o BBVA- habría que atacarlas a todas a la vez. La tecnología blockchain dificulta mucho las cosas en este sentido", concluye.