Las negociaciones entre Unicaja y Liberbank siguen paralizadas. El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, no quiere que el banco pierda 'cuota andaluza' una vez que Manuel Azuaga, actual presidente del banco, se jubile en 2021, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
La salida del banquero adelantaría el relevo de poder en la entidad resultante y se quedaría como primer ejecutivo con todos los poderes el asturiano Manuel Menéndez. El Banco Central Europeo (BCE) no quiere más bicefalias en las entidades y por eso había dado dos años de gracia a Unicaja y Liberbank en los que se repartirían las fusiones ejecutivas Azuaga y Menéndez, tal y como adelantó Cinco Días.
Pero después de ese periodo, el consejero delegado obtendría todo el poder, dejando al presidente sin apenas funciones ejecutivas dentro de la entidad. Unicaja y Liberbank habían acordado nombrar a Manuel Azuaga presidente del nuevo banco y colocar como consejero delegado a Menéndez. Con lo que no contaba la Fundación Unicaja era con el plan de Azuaga, que pretende jubilarse a los 75 años y no quedarse eternamente en el puesto. A esto se le suma la desconfianza que le suscita Menéndez a Medel. Ambos banqueros se conocen muy bien, desde 1995, señalan las fuentes consultadas.
Tiempo de descuento
Sea como fuere, ambas entidades tiene que ponerse de acuerdo más temprano que tarde, pues, de demorarse ocho días más, las negociaciones tendrán que empezar de cero al quedar invalidadas las cuentas con las que se ha realizado la 'due dilligence', tal y como adelantó este mismo medio.
Esto supone tomar como nueva referencia las cuentas del ejercicio entero, actualizar los estudios y cambiar todas las referencias contables, lo que provocaría un nuevo retraso. En un principio ambos bancos contaban con una hoja de ruta que situaba el cierre al proceso de negociaciones a finales de noviembre, pero fuentes conocedoras de la situación han reconocido a este medio que se trataba de una fecha "ambiciosa" pues el proceso de 'due dilligence' se retrasaría más de un mes.
A pesar de los desencuentros anteriormente mencionados, esta vez los equipos negociadores sí se han puesto de acuerdo en la ecuación de canje. Unicaja controlará el 59,5% y Liberbank el 40,5% restante, lo que aseguraría a la Fundación Unicaja mantener el 30% del banco resultante y no perder así las ventajas fiscales de las que goza actualmente.
El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, no estaba dispuesto a diluir su peso por debajo de este nivel y por este mismo motivo se cancelaron las negociaciones el pasado año. No se llegó a un acuerdo en la ecuación de canje porque Unicaja no quería -o no podía- bajar del 60% para que la fundación no perdiera las ventajas fiscales.
Lo mismo sucedió en la fusión de Bankia y Caixabank. En este caso, era CriteriaCaixa, presidida por Isidro Fainé, la que no quería diluirse por debajo del nombrado umbral. El Banco Central Europeo (BCE) permitió a Criteria aumentar su participación en Caixabank de manera temporal para que ésta no perdiera el peso requerido y dar, por consiguiente, el tamaño que pedía el principal accionista de Bankia en la entidad fusionada.
Una boda sin resolver
Unicaja y Liberbank estuvieron a punto de cerrar su fusión el pasado año, pero el desacuerdo en la ecuación de canje echó todo por tierra. Unicaja quería que fuera un 60% para su entidad y un 40% para Liberbank, pero la caja asturiana quería más, hasta el 43% del banco resultante.
Las conversaciones también se complicaron cuando Abanca decidió lanzar una contraopa por Liberbank, que no llegó a buen puerto, tras el ultimátum de la CNMV. Ese 'susto' hizo reaccionar a ambas partes y saldaron la 'due dilligence', tal y como expusieron al organismo que dirige Sebastián Albella.
De haberse producido la 'boda', tal y como la bautizó Credit Suisse, la entidad resultante se hubiera convertido en la sexta más grande de España por activos, con más de 92.000 millones de euros, por delante de Bankinter.