El bono alemán lideró las pérdidas ayer, gracias a un informe de confianza inversora germana mejor de lo esperado. Así, la ortodoxia se impuso: el dinero salió de la deuda y se fue a la Bolsa. El Ibex incluso fue el índice protagonista de la UE. Lo malo es que esas pérdidas del bund también arrastraron al bono español, que se situó en el 5,13% al cierre. En el caso nacional, la salida de dinero de los bonos no fue porque los inversores quisieran asumir más riesgo, sino porque el Eurogrupo impuso un recorte adicional y los expertos dudan que el Gobierno que preside Mariano Rajoy sea capaz de cumplirlo.
Al cierre de la sesión europea, el 10 años germano finalizaba en 1,82%, después de repuntar 6 puntos básicos. A 5 años, el retroceso era similar, hasta el 0,80%, mientras que las caídas mayores se concentraron en el activo a 3 años, que elevó su tipo de interés en un 12% o 5 puntos básicos, hasta el 0,80%.
La deuda germana lleva mucho tiempo constituyendo un refugio prácticamente único, lo que mantenía la rentabilidad de sus obligaciones no muy lejos de los mínimos históricos. Pero ayer se conoció el informe Zew de confianza, que fue mejor de lo esperado, lo que facilitó que se deshicieran posiciones conservadoras y volaran hasta la renta variable.
Este indicador, que sirve como medidor adelantado para la economía, volvió a arrojar una tendencia al alza en marzo desde febrero, lo que animó unos mercados deprimidos. Por eso, los principales índices bursátiles avanzaron todos por encima del 1%, con mención especial para el Ibex, que finalizó un 2,40% al alza y apenas se deja un 2,2% anual.
Realidad tozuda
En el lado negativo, el 10 años español vuelve a estar sólidamente instalado por encima del 5%, mientras el 3 años volvió a rebasar al alza la cota psicológica del 3%. La prima de riesgo quedó en 331 puntos. Por el contrario, Italia mantiene su bien tono y finalizó en el 4,89%, es decir, 24 puntos básicos por debajo. El país transalpino parece haber dicho adiós definitivamente a los días en los que su activo de referencia tenía un tipo de interés por encima del 7% (en teoría, descontando un rescate financiero) y un diferencial con España superior a los 150 puntos básicos.
El inversor que tomara posiciones en deuda italiana a principios de febrero se ha hecho de oro, sin duda. De momento, Italia logró colocar ayer 12.000 millones de euros en letras a 3 y 12 meses, al tipo más bajo desde agosto de 2010.
La noticia de que España ha aceptado un recorte adicional por parte de la UE, que obligará a dejar el déficit en el 5,3% ha sido un duro mazazo. Aquí no había ortodoxia que valiera: los inversores huían de los activos nacionales porque dudan que el Ejecutivo de Rajoy sea capaz de alcanzar los objetivos anunciados.
Así lo comentaban expertos de entidades como Barclays: “será muy difícil para España alcanzar el nivel de consolidación fiscal deseado, sobre todo porque la economía ha entrado en recesión”. Habrá que ver cómo evolucionan en el futuro inmediato los mercados secundarios ya que, de momento, no hay más herramientas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) que arreglen las tensiones soberanas.