Economía

El Gobierno se enfrentará el viernes a la peor EPA de la historia de la Democracia

La recesión presagia que el desempleo en el primer trimestre rondará el 24 por ciento, cerca de la previsión del Ejecutivo del 24,3 para todo 2012. 

Abril de 2009: el PIB trimestral toca fondo al caer un 1,6 por ciento y el Gobierno socialista presenta la peor Encuesta de Población Activa de la historia reciente con 700.000 empleos perdidos en sólo tres meses. Tres años más tarde, el Gabinete del PP se enfrenta a otra recesión, esta vez con un desplome en el primer trimestre del año del 0,4 por ciento conforme a las estimaciones del Banco de España. Según los cálculos de los expertos, el Ministerio de Economía podría publicar este viernes una tasa de desocupación que ronde el 24 por ciento, cercano al 24,3 previsto para el ejercicio completo de 2012. Y una vez más la EPA recogerá el mayor número de parados de la historia de la democracia española tras un 2011 que acabó con 5,2 millones de desempleados.    

Es cierto que en 2009 las empresas no estaban preparadas y se encontraban sobredimensionadas. En esta ocasión, los analistas explican que los ajustes de plantilla tocarán hueso. El brutal descenso del 9 por ciento en la recaudación por IVA del primer trimestre anticipa que la actividad sigue contrayéndose y, por tanto, arrojando más y más personas del mercado laboral. El Gobierno es muy consciente de esta realidad. Sabe que el primer trimestre siempre resulta malo para la ocupación por la cuesta de enero y cómo el clima entorpece la construcción, desanima la hostelería y desaloja el campo. Para colmo, el pequeño tirón experimentado en la demanda externa no tiene el peso suficiente y retrocede… Ni siquiera las rebajas podrán compensarlo.

España no arranca

Este año la economía se ve aún más castigada por la congelación de tres factores entre enero y marzo: el crédito de la banca, las decisiones de inversión de las empresas y los Presupuestos del Estado por el acuerdo de no disponibilidad. Además, las sucesivas reformas laborales propician más despidos a corto plazo, tal y como el mismo presidente de la patronal vaticinó.

Por eso, muchos analistas consideran razonable que durante el 2012 el índice de desempleo alcance picos de hasta el 26 por ciento. Incluso Toxo ha admitido que se llegará a los 6 millones de parados. Y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, nunca desmiente que se pueda rozar esa cifra. Un horizonte que cada vez se vislumbra más próximo con una caída del PIB del 1,7 por ciento prevista para el 2012.

¿Y qué prevé el Gobierno? La hipótesis de los miembros del Ejecutivo se basa en que la actividad sea regular en el segundo trimestre, pero que mejore en el tercero y cuarto para salvar el año. Esperan que el plan de pago a los proveedores inyecte 34.000 millones y están pidiendo a todos los departamentos que tengan ya listos sus proyectos de gasto, por exiguos que sean, para que el dinero fluya cuanto antes. Si eso se acompaña de otra buena temporada del turismo, cruzan los dedos para que los datos de paro se rebajen a finales de año. No parece tarea fácil, dicen los expertos, sobre todo mientras la banca tenga paralizada la financiación para nuevos proyectos empresariales.   

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