Las comunidades autónomas han perdido 35.000 millones de recaudación entre 2008 y 2011 fruto de la caída de la actividad inmobiliaria. Los ingresos de los Impuestos por Transacciones Patrimoniales y por Actos Jurídicos y Documentados se han reducido desde los 16.000 millones en 2007 hasta los 9.800 millones en 2008; 8.000 en 2009; 7.900 en 2010 y 6.400 en 2011.
En un análisis de la recaudación fiscal de España, Fedea explica que las regiones han confiado en la marcha de unas transacciones que dependían del ladrillo y por tanto resultan volátiles y se esconden en cuanto el ciclo económico se torna adverso. Por eso, el think tank ligado al Banco de España explica que hay que reorientar el régimen fiscal.
El autor del informe, Michele Boldrin, afirma que en contraposición a Italia, donde hay mucho que recortar, en España no hay tanto por dónde aplicar la tijera. Nuestro país tiene una recaudación baja, sobre el 32 por ciento del PIB, en los niveles de Estados Unidos y debe considerar si opta por el modelo americano de Estado o si sube los impuestos.
En opinión de Boldrin, la independencia fiscal para las autonomías es la mejor forma de que éstas se enfrenten a la realidad, controlen sus cuentas y afronten los ajustes. Y este experto hace una interesante comparación otra vez con Estados Unidos: “Pese a que se piensa que el gasto público se ha disparado en EEUU, de hecho ha caído drásticamente debido a que los estados son responsables de sus ingresos, han tenido que hacer frente a la caída recaudatoria y han ajustado sus presupuestos. De ahí que Obama haya tenido que inyectar dinero a la economía desde el Gobierno federal”. Fedea también ha alertado sobre la posibilidad de que las comunidades no cumpliesen con el objetivo de déficit marcado por el Ejecutivo de Rajoy debido a unas perspectivas de ingresos demasiado optimistas.
Lucha contra el fraude
El informe destaca que España posee unos niveles de economía sumergida en la media europea, por debajo de Alemania y por encima de Grecia, sobre un 20 por ciento. Estos estudios parten de la cantidad de capitales en circulación y lo que se recauda de ello.
Sin embargo, si se observa el impuesto de Sociedades la recaudación ha caído a la mitad desde unos 44.000 millones hasta unos 20.000. Y ese desplome hace pensar que la economía en la sombra quizás ronde cotas superiores en estos momentos.
No obstante, Boldrin argumenta que una lucha eficaz contra el fraude apenas ganaría unos dos puntos de PIB y, en cambio, se corre el grave riesgo de terminar asfixiando a muchas empresas pequeñas. Según este experto, los niveles de economía B se han de combatir introduciendo la competencia y ayudando a las empresas a ganar músculo, porque hay una relación directa entre el tamaño y los niveles de fraude en las empresas.
“En España es verdad que sólo pagan impuestos las nóminas”, dice Boldrin. Y por ello aduce que sería mejor reducir la progresividad de esos impuestos, pues como resultado los profesionales capaces de innovar cuestan mucho más caro en España que en otros países, hasta dos veces lo que cuesta un trabajador especializado en Hong Kong o 1,5 veces lo que cuesta en Suiza o Luxemburgo. Esos puestos de trabajo resultan precisamente los que atraen la actividad y luego generan alrededor más empleos no tan cualificados.