"Nadie puede pretender saber si España es ilíquida o insolvente sin antes calibrar el tamaño del agujero negro de su sector financiero". Así empieza un artículo publicado este miércoles por Nouriel Roubini en el diario 'Financial Times'. En este artículo, el gurú económico que predijo la crisis ha asegurado que la ayuda a los bancos "sólo soluciona una de las piezas del puzzle, porque sin crecimiento, España necesitará un rescate".

"Lo ideal sería que el rescate a España viniera inmediatamente en forma de inyecciones de capital directas de los fondos de rescate de la UE. Alemania se opone, porque desmotivaría las reformas en España, y España también se opone porque significaría el control del contribuyente europeo sobre sus bancos". Para el economista, es evidente que "el rescate a los bancos puede postrar al Estado español".

"Las propuestas que se hace España son irreales y autodestructivas"

Roubini considera que "para estabilizar su deuda pública después de una recapitalización bancaria, España necesitará una serie de reformas en su sistema fiscal que no sólo es irreal, sino autodestructiva. El aumento de impuestos y el recorte del gasto profundiza la recesión y deteriora la economía".

España necesita reequibrar su balanza comercial, según el economista, que asegura que "en el corto plazo, una caída en la demanda doméstica mejora rápidamente la balanza comercial, pero en el término medio España sólo puede pagar su deuda con un crecimiento sostenible, que requiere una depreciación en términos reales que no ocurrirá si no se desploma el precio del euro".

"La única salida"

Los consejos de Nouriel Roubini para salvar a España son claros: "es necesario un significante cambio en las políticas: facilidad monetaria por el BCE, un euro más débil, estímulos fiscales, menos austeridad inflexible en la periferia, más cortafuegos y una mutualización de la deuda". De no venir todas esas medidas, las cosas irían mal para nuestro país.

De esta manera, la única fórmula de que haya un "final feliz" para España según Roubini es "una acción que se tome conjuntamente en Bruselas, Fráncfort y otras capitales europeas". Aunque esto, reconoce el 'Doctor Doom', "es improbable".