La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés), una agencia independiente del Gobierno de Estados Unidos, ha denunciado que la empresa Starbucks amenazó a los empleados de diez de sus tiendas en los estados de Washington y Oregón por el hecho de estar sindicados.
La dirección de la NLRB ha explicado que las cartas que recibieron los empleados de esta cadena de cafeterías presionándoles para que renunciaran a la posibilidad de sindicarse violan las leyes federales.
En ellas, se les advertía de que si se unían al sindicato, las negociaciones con la empresa, si es que llegaban prosperar, podrían prolongare hasta un año y mientras tanto sus salarios quedarían "congelados".
La empresa "ha estado interfiriendo, restringiendo y coaccionando a los empleados en el ejercicio de sus derechos, garantizados en las leyes laborales", señala la denuncia de la NLRB, según cuenta la agencia de noticias Bloomberg.
La congelación de los beneficios durante las negociaciones contractuales ha sido un punto importante en la lucha entre la empresa y los sindicatos. En mayo, Starbucks anunció un paquete de nuevos aumentos salariales y beneficios que entran en vigor en agosto salvo para aquellas cafeterías que dispusieran de un sindicato, lo que supone una medida intimidación según estas organizaciones de trabajadores.
No obstante, los establecimientos en los estados de Washington y Oregón no son los únicos afectados, según han denunciado empleados de otras cafeterías en varias partes del país. Es el caso de Michelle Hejduk, una trabajadora de Arizona, que a través del Starbucks Workers United ha señalado que este tipo de cartas han sido enviadas a otras partes del país.
No es la primera vez que la NLRB pone el punto de mira sobre Starbucks por sus prácticas contra los sindicatos y el derecho de sus trabajadores a organizarse. A falta de acuerdos, las quejas pueden ser apeladas ante un juez federal. La empresa, que puede ordenar cambios en las políticas de la empresa, no puede hacer que los empresarios compensen los daños anteriores causados.
Por su parte, la empresa, que siempre ha negado estas prácticas, ha acusado esta semana también a la NLRB de confabularse en secreto con uno de los grupos que organiza a los trabajadores, el Starbucks Workers United, sindicato elegido en más de 220 de las 9.000 cafeterías que administra la empresa en Estados Unidos.
Starbucks Workers United, que ha ganado cerca del 80 por ciento de las elecciones en las que se ha presentado, ha calificado estas acusaciones de "absurdas" y como una forma de distraer la atención de las campañas antisindicales de la empresa.