"Estamos en la rampa de despegue, empezando a remontar el vuelo, pero muy lejos aún de la velocidad de crucero que teníamos antes de la pandemia". Así describe la actual situación del sector aéreo español el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y director de Easyjet en España, Javier Gándara, en declaraciones a Vozpópuli.
Los últimos datos de AENA así lo corroboran. La apertura de las fronteras con el resto de la Unión Europea ha hecho aumentar el tráfico aéreo en la red de aeropuertos españoles. En las dos primeras semanas de julio se registraron ya 2.000 aterrizajes y despegues al día, frente a los 400 vuelos que había a principios de junio y las apenas 200-300 operaciones diarias que se registraban durante el mes de mayo.
Sin embargo, la cifra de vuelos diarios se encuentra muy lejos de la registrada en julio de 2019, mes en el que los aeropuertos españoles registraron 7.770 vuelos diarios, 5.770 más que a comienzos de julio de este años.
"Los datos de AENA coinciden con los que ofrece Eurocontrol. La primera semana de julio tuvimos un 30% de los vuelos que registrábamos hace un año y en la segunda hemos subido hasta el 37%", indica Gándara. "Sin embargo, en número de pasajeros estamos hablando de que estamos tan solo al 20% de las cifras que registrábamos hace un año", añade.
El sector espera que el número de vuelos pueda subir a finales de julio hasta situarse en un 40% del tráfico aéreo registrado hace un año, pero las expectativas de cara al futuro coinciden en señalar un lento despegue.
La recuperación competa, hasta 2023
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) estima que, a nivel mundial, el sector aéreo no recuperará los niveles anteriores a la pandemia al menos hasta el año 2023, mientras que la Airports Council International Europe (ACI Europe) calcula que en el continente europeo lo aeropuertos no recuperarán esos niveles hasta el año 2024.
"Estamos hablando de una recuperación muy lenta, sobre todo en cuanto al número de pasajeros. Todas las aerolíneas estamos luchando por la supervivencia", indica el presidente de la patronal aérea.
Las compañías aéreas han solicitado unos 1.500 millones de euros en los préstamos ICO que el Gobierno puso en marcha para poder ayudar al sector, de los cuales 750 millones han sido para Iberia, 250 para Vueling y unos 140 millones para Air Europa. Muy lejos de los 9.000 millones destinados por Alemania para salvar a Lufhansa o los 7.000 que el Gobierno galo destinará a Air France.
Los préstamos del Gobierno español han ayudado a dar liquidez al sector, pero después de tres meses casi sin facturación por el cierre de las fronteras, el propio ministro de Transportes, José Luis Ábalos, reconoció recientemente que las ayudas al sector han sido "insuficientes".
El Ministerio de Economía ya trabaja en otro plan de ayudas, mientras las aerolíneas piden que rebajas adicionales en las tarifa aeroportuarias y que se les permita prolongar los ERTE hasta finales de año.
Impacto sobre 30.000 empleos
Los sindicatos asumen que las grandes aerolíneas, ahora acogidas a ERTE, acabarán haciendo Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y se destruirán muchos puestos de trabajo en el sector. El sector da empleo a cerca de 30.000 personas.
"Va a haber reducciones de plantilla. Algunas, como Norwegian, ya han dicho que para mantener sus operaciones en España tendrán que reducir plantilla y otras como Iberia Express lo que están haciendo ya es no renovar a los trabajadores que tienen contratos temporales", afirma Ernesto Iglesias, representante del sindicato USO Sector Aéreo.
"Va a ser imposible reincorporar a todos los trabajadores hasta que consigamos recuperar los niveles de tráfico aéreo y pasajeros previos a la crisis", reconoce por su parte el presidente de ALA, Javier Gándara, quien solicita al Gobierno que permita a las aerolíneas ampliar los ERTE hasta diciembre.
Ola de reclamaciones y el coste de la 'nueva normalidad'
A los problemas de liquidez y endeudamiento provocados por la pandemia, las aerolíneas se enfrentan también a otros dos problemas añadidos. El coste de adaptar sus vuelos a las nuevas restricciones para evitar contagios y, por otro lado, la avalancha de reclamaciones por cancelaciones de vuelos.
Según Facua, las aerolíneas han acaparado el 22,2% de las denuncias de los consumidores durante el primer semestre de 2020 debido a las cancelaciones de vuelos.
AENA cifra en 294 millones de euros, unos 50 euros por vuelo, el impacto económico de poner en marcha las medidas de control sanitario previstas para este año y el siguiente con el objetivo de evitar contagios, en cumplimiento de las recomendaciones elaboradas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y el Centro Europeo para la prevención y control de enfermedades (ECDC) en materia de transporte aéreo.