Todo son incógnitas en la adquisición de Air Europa por parte de Iberia. Con las partes inmersas en una nueva negociación después de que el coronavirus echara por tierra el acuerdo inicial, uno de los puntos clave en el proceso es el rescate público y saneamiento de la aerolínea de la familia Hidalgo. Los dueños de Globalia y de Air Europa han solicitado un salvavidas de 400 millones de euros al Gobierno.
"La falta de liquidez de la aerolínea hace que actualmente se encuentre en quiebra técnica por lo que es difícil que Iberia asuma su adquisición en esta situación. No tiene sentido que cierre la adquisición de Air Europa estando ésta última en quiebra técnica, con deuda y, que además, debe someterse a una reestructuración. De ahí que el rescate por parte del Gobierno condicione el visto bueno de la adquisición", explica Marta Guerrero, abogada del despacho Monlex.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), holding público a través del que se gestiona el fondo de rescate de empresas estratégicas, está ultimando la fórmula de esta ayuda. Según las últimas informaciones publicadas, el Estado no entrará en el accionariado de Air Europa, sino que se formulará a través de préstamos participativos y créditos ordinarios, una opción que, según los expertos consultados por Vozpópuli, beneficiaría a Iberia en su proyecto de compra.
Inicialmente el precio de la operación se fijó en 1.000 millones de euros, pero ahora Iberia insiste en rebajarlo a al menos la mitad ante la pérdida de valor de los activos de Air Europa. "El gran beneficiado del rescate será Globalia, pero también Iberia, porque al aumentar la deuda de la compañía con el Estado, disminuirá su valor y se rebajará el precio de compra", explica Miguel Nieto, socio de Andersen Tax & Legal, en conversaciones con este medio.
"Es como si le dieran el dinero a Iberia para permitir la viabilidad de Air Europa", añade Nieto. El experto aclara que la otra opción sería que el Estado entrara en el capital, una opción que parece descartada y que previsiblemente aumentaría el valor de la empresa y, consecuentemente, el coste de la operación para Iberia, que además tendría que comprar a la SEPI su parte en el accionariado de la compañía.
Una visión en la que coinciden Guerrero y Romá Andreu, profesor de EAE Business School y especialista en el sector de la aviación: "Actualmente, sólo con las previsiones económicas del sector más todos los gastos a los que se está enfrentando Air Europa, Iberia ya tiene una baza para renegociar el precio a la baja. Pero el aumento de la deuda con el Estado es un elemento más que le favorece, pues se la puede quedar por muy poco asumiendo todo lo que venga detrás", comenta Andreu.
El Estado responderá ante Competencia
Ahora bien, la SEPI deberá justificar ante Competencia (en este caso, ante Bruselas) que el rescate se emplea para evitar la quiebra y asegurar su operatividad y que el dinero público no es un saneamiento para abaratar la adquisición por parte de Iberia. Air Europa tampoco podría utilizar esta inyección pública para incrementar el precio de venta respecto al que hubiera resultado en ausencia de rescate.
En este sentido, Marta Guerrero recuerda el acuerdo aprobado por el Consejo de Ministros en julio, en el que se señala que el importe máximo "será el mínimo necesario para restaurar la viabilidad de la empresa y no podrá implicar una mejora del patrimonio neto de la compañía beneficiaria que supere el registrado a 31 de diciembre de 2019".
Es decir, que aunque el rescate no impide que la empresa rescatada sea comprada por otra más tarde, una ayuda excesiva a Air Europa por parte del Estado podría considerarse ilegal y distorsionar la competencia si posteriormente se vende a Iberia. Por eso, el control sobre la forma y el fondo de la ayuda que reciba será triple: primero, el Ministerio de Hacienda; después, la CNMC, que es la que tiene que analizar si hay una ayuda estatal ilegal; y, por último, la Comisión Europea, que fiscaliza la violación de los principios de competencia.
Iberia tiene poco más de siete meses, hasta mayo de 2021, para completar todo el proceso de adquisición de Air Europa, incluida la aprobación por parte de la Comisión Europea, tal y como avanzó Vozpópuli hace unos días. Si llegada la fecha Bruselas no hubiese otorgado las aprobaciones regulatorias necesarias o cualquiera de las partes eligiera rescindir el acuerdo de transacción, Iberia tendría que pagar una compensación por 40 millones de euros, según el acuerdo alcanzado entre ambas partes.
Luis Gallego, expresidente de Iberia y nuevo consejero delegado de IAG, ya amenazó con "no hacer" la operación si no se consigue "llegar a un punto de encuentro que sea bueno para ambas partes". No obstante, por el momento el grupo anglo-hispano parece seguir convencido de que la adquisición de Air Europa es "estratégica", pues reforzará la posición de IAG en Latinoamérica ante su competidor Air France-KLM y situará el hub de Madrid en la 'primera liga' europea.