Danone está de capa caída. Hace apenas unos días, la caída de ventas obligó a la compañía a cerrar una de sus grandes fábricas en España, la de Parets del Valès, en Barcelona, donde se empleaba hasta ahora a 157 personas. Pero la compañía hispano-francesa también tuvo grandes tiempos, fue pionera en su sector y durante años disfrutó del privilegio de ser una de las empresas más importantes de nuestro país. Un auge y caída de una empresa que llegó a producir más de 400.000 toneladas de yogur al año en España, que ahora cuenta con menos de 2.000 trabajadores en su plantilla tras el cierre de varias fábricas y la reducción de beneficios año tras año.
Como muchas de las historias de éxito, detrás hay una idea genial, pocos recursos y mucha constancia, como se puede leer en la obra 'El olivo que ardió en Salónica', del periodista Manuel Mira Candel, de donde se han extraído gran parte de los datos expuestos en este tema. La empresa, actualmente con sede en Francia, nació en Barcelona, en 1919, gracias a la idea de Isaac Carasso, un empresario judío sefardí nacido en Tesalónica, en 1874. Carasso tuvo una idea: llevar el yogur, tan típico en su zona, al resto del mundo. Y decidió empezar por España, a donde huyó tras el estallido de las Guerras Balcánicas y posteriormente la I Guerra Mundial, ya que tras la creación de la Unión Hispano-Hebrea, a manos del rey Alfonso XIII, se había retomado la relación de España con la comunidad judía en la diáspora.
El empresario estaba fascinado por el yogur, no solo por su sabor y sus posibilidades culinarias, sino por las teorías que se fueron desarrollando a principios de siglo sobre el beneficio en la salud que suponía el consumo de leches fermentadas.
Tras años de periplo huyendo de diferentes guerras, Carasso llegó, al fin, a España, en 1916 junto a su esposa, Esterina, y sus tres hijos, Daniel, Flor y Juana, y se instalaron en el barrio del Raval. Tres años más tarde, pudo cumplir su sueño: construir en Barcelona un laboratorio para fabricar sus yogures, donde fue perfeccionando las técnicas que había aprendido durante todos esos años. En honor a su hijo Daniel, al que llamaban cariñosamente Danón, fundó la hoy conocidísima Danone.
Principios complicados para Danone
Pero Carasso se encontró con un problema. Nadie conocía el yougur, y pocos se fiaban de un producto bacteriano. Al principio, y durante mucho tiempo, se tuvo que conformar con venderlos sólo en farmacias, gracias a que el Colegio de Médicos de Barcelona lo recomendaba. Casi 10 años tuvieron que pasar para que Danone empezara a volar solo, cuando la Casa Real comenzó a comprar el producto. Este apoyo de los reyes coincidió con la apertura de una segunda fábrica en Madrid, en 1927. Estos hechos unidos a la idea de Isaac de endulzar el yogur cambiaron la historia de la empresa y de la gastromía. Y entonces, empezó la leyenda.
Sin apenas tiempo de transición, lo siguiente que llegó fue el crecimiento internacional. El mismo año que abrieron la fábrica en Madrid, Daniel Carasso, el primogénito, cuidadosamente educado para trabajar en la empresa, se mudó a París, donde fundó la Societé Parisienne du Yoghourt Danone.
Y desde entonces, con varias guerras de por medio incluidas, la compañía no ha parado de crecer. Llegaron a Estados Unidos, popularizaron un producto que a día de hoy está presente en todos los hogares de Occidente y su producto fue replicado, adaptado y versionado en miles de ocasiones.
Danone en España
En España llegó a generar más de 16.500 millones de marcos franceses (unos 2.500 millones de euros actuales) en los años '70 sólo en España, la época de mayor popularidad y crecimiento de la marca, según cuenta Juan Sevilla Alvárez en el artículo académico 'La expansión territorial de Danone en España: la creación de la fábrica de Salas (Asturias)'. Además llegó a generar aproximadamente unas 400.000 toneladas de yogur al año, solo en las tres principales fábricas de lácteos en nuestro país: unas 174.000 en la fábrica de Tres Cantos; otras 170.000 en la de Aldaia, en Valencia; y unas 80.000 en la de Barcelona que acaba de cerrar.
Ahora Danone cuenta con apenas 2.000 trabajadores (más de 100.000 en todo el mundo), después de que el pasado viernes se anunciara el cierre de la fábrica de Barcelona, donde trabajaban casi 160 empleados. Se trata del tercer cierre de una fábrica de la compañía en España en apenas diez años, después de los cierres de la planta de Salas, en Asturias, en el año 2021, y de Sevilla, en el año 2013. El primero afectó a 80 trabajadores; el segundo a 85. Todos ellos unidos a una reestructuración a nivel mundial que provocó el despido de 153 personas en sus filiales de España.
Los beneficios tampoco le acompañan. En 2022, Produits Frais Laitiers Iberia, la sociedad dominante del grupo Danone en España, ganó 10,8 millones en 2022, un 36,8% menos que en el ejercicio previo (17,1 millones). La reducción del resultado neto se produjo pese a que la compañía logró un incremento del 9,6% en la facturación, que pasó de 768,9 millones en 2021 a 842,9 millones el año pasado. En 2021, ocurrió igual: la compañía redujo un 80% su beneficio en España por el coste del ERE. Una historia de grandes victorias y tristes derrotas [al menos por ahora], como otras tantas que han marcado la historia.