Economía

La avería integral de Francia y Alemania: por qué han gripado los dos motores económicos de Europa

El bloqueo político agrava la situación económica en ambos países. Francia tiene un déficit descontrolado y Alemania sufre el declive de su modelo industrial

  • El logo de Volkswagen frente al edificio de su planta en Alemania. -

Si hay un elemento común en la compleja situación que afrontan Alemania y Francia es la inestabilidad política. El país vecino se ha quedado sin Gobierno esta semana tras salir adelante la moción de censura contra Barnier, mientras en Alemania también aguardan a unas elecciones anticipadas en febrero tras el colapso de la coalición de Scholz. Y esto no hace más que complicar la respuesta que requieren ambas potencias económicas a la crisis que les acecha.

Alemania lleva tiempo bordeando la recesión técnica. En este caso, el origen del problema reside en el shock energético y la dependencia del gas ruso, la pérdida de peso de las exportaciones industriales, la desconexión con respecto al mercado chino, y la amenaza proteccionista que orquesta Donald Trump. Con estas perturbaciones sobre la mesa, los economistas califican la situación de "estructural". Las consecuencias se han materializado ya en miles de despidos en gigantes de la industria alemana, como Volkswagen o ThyssenKrupp. 

La segunda economía europea también atraviesa tiempos convulsos, con un estancamiento económico que combina con un déficit presupuestario descontrolado, previsiblemente superior al 6% este año. La OCDE estima un déficit público en Francia del 6,1%, que se mantendría en el 5,5% en 2025 y en el 5,2% en 2026. Las cifras insostenibles y el caos político están afectando a la prima de riesgo, que cotiza ya en el entorno de los 80 puntos y superó esta semana la de Grecia, lo que redunda en la inversión en el país. 

Los problemas presupuestarios de Francia derivan, tal y como apunta José María Romero, director de Economía e Internacional de Equipo Económico, fundamentalmente de un nivel de gasto excesivo. "Para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, superó el 61% del PIB en 2021; y se situó aún el año pasado, 2023, en el 57%. En este escenario, la caída del gobierno francés se ha producido por el intento de pasar unas cuentas más austeras de cara al año próximo", apunta. 

En Alemania, en sentido contrario, "el freno a la deuda pública introducido en la Constitución en 2009, como respuesta a la crisis entonces, podría estar ahora limitando el impulso a las inversiones necesarias para el cambio en su modelo productivo, que necesita participar más de la transformación digital", explica José María Romero. En ambos casos el pronóstico es alarmante, y en ninguno se proyecta una solución a corto plazo, con la parálisis política jugando en contra. 

Una mirada hacia el futuro

Tras las elecciones y aún en un contexto geopolítico muy complicado, en Alemania arrancará una fase "relativamente larga de ajuste estructural de la economía, para cambiar el mix energético y modificar la pauta de conexión con la economía internacional", indica Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. En su opinión, las decisiones deben orientarse hacia una estrategia de crecimiento "más basado en la demanda interna y en la integración europea". Eso requerirá reformas e inversiones, por lo que probablemente se suavice la imposición constitucional de reducción de la deuda. 

En el caso de Francia, el economista no "ve luz al final del túnel", con la dificultad de adoptar medidas para controlar el déficit presupuestario. Hará falta tiempo hasta que se forme un nuevo Gobierno, lo que aboca al país a una prórroga presupuestaria; y más aún hasta que encuentre los consensos necesarios para abordar la consolidación fiscal por la vía del gasto público. En este sentido, "es posible que sean los mercados los que fuercen una solución o un plan de urgencia", señala Raymond Torres.

Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, también considera que la prioridad del país debe pasar por "estabilizar su déficit y mejorar la eficiencia del gasto público para poder mantener el rating y el status de reserva de su deuda", pues a todo lo anterior se suma que Francia también sufre la debilidad de su industria. En esta coyuntura, "el crecimiento para el 2025 sera algo inferior al de este año, que ya de por sí será muy moderado". Según la OCDE, avanzará un 0,9% el año próximo, tras crecer un 1,1% este año. 

Para la economía alemana, el crecimiento previsto es aún más limitado: del 0% este año y del 0,7% en 2025, tras contraerse un 0,1% el año pasado. Gregorio Izquierdo señala que "la coyuntura de estancamiento podría mejorar de la mano de las bajadas de tipos de interés del BCE, con lo que el crecimiento previsto para el 2025 podría acercarse al 1%". Pero esto no cambia la realidad: "el crecimiento potencial de Alemania es muy limitado", sentencia el expresidente del INE.

Más allá de Francia y Alemania

El impacto de los problemas que afrontan ambos países se extiende fuera de sus fronteras. Alemania y Francia representan casi la mitad del PIB de la eurozona y de sus exportaciones. "Tener a ambos países con una combinación de parálisis política con un fuerte componente económico, combinada con un perfil de actividad y crecimiento subpar, es algo que tendrá, que de hecho ya está teniendo, repercusiones más allá de sus fronteras", advierte Jorge Galindo, director adjunto en EsadeEcPol. 

Apunta que, por un lado, "dificulta la articulación de respuesta de política económica europea ante los retos que nos van a venir con la toma de posesión de Trump, pues coloca a los dos actores centrales de la Unión en situación de debilidad y, en el caso de Alemania, especialmente expuesto a EEUU". Pero además, "lastra parcialmente el potencial de crecimiento del resto de países, incluido España, en la medida en que las interacciones con estas economías suman una cuarta parte de nuestras exportaciones (15% Francia y 10% Alemania)".

A nivel global, BBVA Research augura que el crecimiento de EEUU caiga del 2,7% en 2024 al 2,1% en 2025, suponiendo que el nuevo gobierno de Trump subirá los aranceles, con China y la Unión Europea como principales afectados. En el país asiático los nuevos estímulos ofrecerán cierto alivio, con tasas de crecimiento del 4,8% y 4,1%, respectivamente. En la eurozona, sin embargo, el proteccionismo contribuirá a que el crecimiento siga bajo, en torno al 0,8% este año y al 1% en 2025. 

En todo caso, tal y como recuerda Romero, Europa ha demostrado su capacidad de avanzar en tiempos de adversidad. Jean Monnet, uno de los padres fundadores de la UE, dijo: “La gente solo acepta el cambio cuando se enfrenta a una necesidad, y sólo reconoce la necesidad cuando se le viene encima una crisis”. Y más allá de la solución nacional que deben dar ambos países, la situación obliga ahora a la UE a dar una respuesta contundente en términos de competitividad e integración europea.

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