Cruzcampo vuelve a su antigua fábrica 13 años después. La filial española de Heineken recupera esta emblemática localización para, en esta ocasión, fabricar más experiencias que cerveza a través de su Fundación. En cuatro plantas y 2.000 metros cuadrados, la compañía fomentará la cultura cervecera en un espacio cedido por el Ayuntamiento de Sevilla para los próximos 75 años.
El acuerdo entre empresa y Administración permite que la Fundación Cruzcampo pueda disponer de este edificio patrimonialmente protegido y convertirlo en "un espacio de innovación social abierto a la ciudadanía", según explica la compañía durante la presentación en su nuevo templo cervecero. Estas instalaciones situadas en la céntrica avenida de Andalucía de la capital pasaron a manos del Ayuntamiento en 2006, cuando la cervecera levantó su monumental fábrica a las afueras de la ciudad tras una permuta de terrenos.
Este espacio seguirá siendo público y permitirá a la rama sin ánimo de lucro de la cervecera "reforzar su oferta formativa y cultural" hasta 2095. Sus puertas se abrirán en mayo de 2020, ya que todavía queda trabajo por hacer con los cerca de ocho millones de euros que invertirá Cruzcampo en este proyecto.
El objetivo es convertir esta emblemática localización en un foco de actividad cultural, social, gastronómica y un espacio de referencia para los cerveceros tanto locales como visitantes. La Fundación Cruzcampo desarrollará actividades centradas en la formación de los jóvenes, la cultura, el emprendimiento y la hostelería, con exposiciones, talleres y seminarios, espectáculos y espacios de trabajo colaborativo, entre otras iniciativas.
Reforma en las oficinas
Pero los ocho millones de euros no sólo irán para la nueva sede de la Fundación Cruzcampo. En el edificio contiguo están las oficinas de Heineken en Sevilla y una superficie de 1.400 metros cuadrados donde se instalará el nuevo Espacio Cruzcampo. Una terreno que, en este caso, sí pertenece al gigante cervecero.
El Espacio Cruzcampo será la nueva casa de la escuela de hostelería de la fundación, que funciona desde hace casi dos décadas, con tres cocinas, una de ellas dispuesta para showcooking, y una pequeña cervecería artesanal que seguirá el modelo de la microcervecería que Heineken tiene en Málaga.
El espacio también servirá a la marca para ofrecer experiencias cerveceras, abierto e inclusivo, que fomentará la cultura cervecera a través de catas, cursos y otras actividades en las que compartir con el visitante el proceso para elaborar la famosa Cruzcampo.
La cerveza compartirá edificio con la gastronomía. "Este espacio diáfano de creación cervecera y gastronómica, animará al visitante a descubrir, aprender, sentir y experimentar en primera persona toda la maestría cervecera de Cruzcampo", concluye la empresa. En mayo será el momento de ver si todos los preparativos funcionan en la puesta de largo.