La ‘operación Chamartín’ no ha sido el único proyecto urbanístico que ha sido desestimado por el Ayuntamiento de Madrid en los últimos días aunque, obviamente, su espectacularidad eclipsa cualquier otro. El de la cooperativa Residencial Metropolitan no tiene tantas torres como la propuesta de Distrito Castellana Norte pero sí incluía un notable rascacielos residencial de 25 plantas que, por el momento, tendrá que esperar para ver la luz. Eso sí, en su día la cooperativa pagó algo más de 107 millones de euros por los terrenos sobre los que se levantaría el desarrollo, que fueron subastados por Metro de Madrid.
La compañía gestora del suburbano tiene en sus arcas el dinero pero para los cooperativistas se abre un periodo de incertidumbre dado que el Ayuntamiento de Madrid ha desestimado la propuesta de Metropolitan para levantar en las antiguas cocheras del Metro en Cuatro Caminos tres edificios que albergarían casi 450 viviendas, una de las promociones más destacadas de las planeadas en el centro de la capital.
Metro de Madrid sacó al mercado varios activos inmobiliarios con el fin de tratar de sanear sus maltrechas arcas
La operación se llevó a cabo durante la anterior legislatura municipal y autonómica, cuando ambas administraciones estaban en manos del Partido Popular. Por entonces, Metro de Madrid, dependiente al 100% de la Comunidad de Madrid, sacó al mercado varios activos inmobiliarios con el fin de tratar de sanear sus maltrechas arcas. Una de las operaciones más notables fue la venta de los terrenos que albergaban las antiguas cocheras del suburbano.
De hecho, Metro de Madrid ingresó por esta operación más dinero del previsto, toda vez que el interés despertado por el proceso llevó da la compañía pública a llevar a cabo una segunda subasta. Ibosa acabó llevándose el gato al agua por algo más de 88 millones de euros, sin IVA. A cambio, un suelo de 62.000 metros cuadrados en un lugar privilegiado, enfrente de las instalaciones deportivas del Canal de Isabel II.
Negativa de Metro de Madrid
Sin embargo, el sueño de los cooperativistas se ha esfumado por ahora. El Ayuntamiento ha determinado que el proyecto incumple el Plan General y, por lo tanto, debe reformularse para superar los obstáculos jurídicos.
El Consistorio responsabiliza de esta situación a Metro de Madrid y más concretamente a su negativa a modificar la rasante de las cocheras, lo que obliga al levantamiento de un muro de seis metros de altura para dar continuidad a la zona verde que se sitúa en la cubierta de las citadas cocheras.
Desde la llegada de la nueva corporación municipal, el proyecto de residencial Metropolitan se encuentra en entredicho, toda vez que el nuevo equipo de gobierno se manifestó en contra de ceder sus derechos sobre el 10% de los terrenos, algo a lo que el equipo de Ana Botella sí había accedido cuando se realizó la subasta del activo.
La colaboración del Ayuntamiento
De esta forma, el proyecto debía renunciar a unas 40 viviendas, lo que supondría dejar fuera a otros tanto cooperativistas que ya habían aportado aproximadamente 100.000 euros. Algunas asociaciones vecinales de la zona también se habían manifestado en contra del proyecto.
El Ayuntamiento se ha comprometido a colaborar con los cooperativistas para reformular el proyecto lo antes posible con el fin de que la paralización del proyecto dure lo menos posible. La concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible considera que es posible solventar el problema jurídico incluso sin contar con Metro de Madrid, que no parece dispuesta a modificar la altura de las cocheras.
Si las soluciones pasan por la modificación de los planes urbanísticos, los trámites se extenderán durante más de un año.