La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas; el incontrolado aumento de la inflación en la primera mitad del año y las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo se disputan el protagonismo del año 2022. En los últimos meses, Christine Lagarde está dispuesta a convertirse en el personaje del año de la mano de Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Entre los dos acumulan nueve subidas de los tipos de interés en ambas regiones económicas en lo que va transcurrido de ejercicio. Para muchos analistas, puede que no sean las últimas. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) tiene prevista una última reunión los próximos días 13 y 14 de diciembre; al día siguiente lo hará el Consejo de Gobierno del BCE. En ambos casos, los pronósticos acerca de sus decisiones son muy inciertos.
El nuevo rumbo de la política monetaria del BCE se ha dejado notar en los instrumentos de política monetaria de que dispone para sus objetivos de estabilidad de precios, su verdadera razón de ser. El principal instrumento de política monetaria es el conjunto de los tipos oficiales, que, como dice el Banco de España, “controla a través de las operaciones de mercado abierto (el precio del dinero), las facilidades permanentes y los requerimientos de reservas mínimas”.
Después de tres subidas del tipo de interés, desde el 0% vigente de marzo de 2016, al 2%, y de algunos retoques en su política de compra de activos y financiación a las entidades bancarias, el balance del Eurosistema solo ha cambiado sustancialmente en el pasivo. Su volumen sigue siendo más o menos el mismo que antes del giro copernicano de su política monetaria, 8,76 billones de euros, pero el detalle de su composición, no.
El hecho de que en la reunión de septiembre de este año el BCE elevara el tipo de interés desde el 0,5% al 1,25%, conllevó también un incremento del tipo de la facilidad de depósito desde el 0% al 0,75%. La misma situación se repitió en la cumbre de finales de octubre, cuando el Consejo de Gobierno aumentó el precio del dinero al 2% y el interés de la facilidad de depósito al 1,50%. ¿Qué ha sucedido? Que el dinero que los bancos europeos tienen depositado en el BCE se ha trasladado desde las cuentas corrientes (donde se incluyen las reservas mínimas) a la facilidad de depósito.
Depósitos del Eurosistema
De acuerdo con el último balance del Eurosistema publicado el martes, el dinero ingresado por la banca europea en el BCE a través de la facilidad de depósito ascendía el pasado día 11 de noviembre, último balance publicado, a 4.691.956 millones de euros (alrededor de 371.000 millones de la banca española), el 53,53% del pasivo, cuando a 9 de septiembre era de apenas 994.307 millones, el 11,35% del pasivo.
En esas mismas fechas, las cuentas corrientes, que en septiembre contaban con 3.806.845 millones, se quedaron en 215.028 millones de euros. En solo una semana, del 9 al 16 de septiembre, la facilidad de depósito aumentó en 3,272 billones de euros y las cuentas corrientes disminuyeron en 3,259 billones.
La facilidad de depósito, como dice el Banco de España, “permite a las entidades financieras realizar depósitos a un día en los bancos centrales nacionales, siendo éstos remunerados al tipo de interés establecido por el BCE”. Si estos tipos de interés son negativos (lo han sido durante muchos años y han llegado a cobrar el 0,5% del dinero depositado), disminuyen los incentivos para que los bancos depositen su dinero en el banco central. Como señala el Banco de España, no suelen existir límites ni otras restricciones para estos depósitos.
La subida de los tipos oficiales de interés responde a la decisión del BCE de reducir, al coste que sea necesario, el nivel actual de la inflación, que con el dato avanzado de Eurostat se sitúa en el 10,7% en la Eurozona. A la banca europea le ha pillado estas decisiones con un exceso de liquidez que se ha hecho patente en todas las presentaciones de resultados de los nueve primeros meses de las principales entidades españolas. La casualidad ha querido que esta circunstancia coincidiera en el tiempo con la decisión del BCE de estrangular el crédito para frenar los precios.
Ha bastado que el BCE volviera a remunerar la facilidad de depósito primero al 0,75% desde el 14 de septiembre, y después, al 1,50% desde el 2 de noviembre, para que los bancos hayan trasvasado sus ahorros en cantidades desproporcionadas, buscando la mayor rentabilidad posible con riesgo cero. ¿Para qué? “Cuando los bancos empiecen a generar ingresos por esa vía lo irán repercutiendo, subiendo poco a poco, el interés de los depósitos de los ahorradores”, asegura el economista Javier Santacruz. Todo apunta a que si nada cambia “los bancos seguirán dejando más dinero inmovilizado en el banco central. Lo que está depositado en la facilidad de depósito es dinero con el que las entidades no operan habitualmente”, añade Santacruz.
Interés del ahorro
Hasta la fecha, los tipos de interés que pagan los bancos por los depósitos a plazo apenas se han movido. Según los últimos datos recogidos por el Banco de España, la banca española remuneraba los depósitos a plazo a un tipo medio del 0,27% en septiembre, cuando en agosto lo hacía al 0,10%. Únicamente en los depósitos a más de dos años se ha dejado sentir el cambio de política del BCE: del 0,03% de diciembre de 2021 se ha pasado al 0,98%. A menos de un año, apenas hay una diferencia que se deje sentir en los ahorros: del 0,01% al 0,16%.
Joaquín Robles, analista de XTB cree, asimismo, que “el exceso de liquidez de la banca española y europea que ha posibilitado la política acomodaticia del BCE no se ha trasladado a los clientes”. Y es que la banca europea ha recibido del Banco Central Europeo en concepto de “préstamos en euros concedidos a entidades de crédito de la zona del euro en relación con operaciones de política monetaria” nada menos que 2,117 billones de euros en estos últimos años.
En la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE se anunció una reconsideración de las condiciones de financiación de estos préstamos para recortar los beneficios que pueden suponer una vez que las condiciones sanitarias, desde el momento en que se concedieron, han cambiado sustancialmente. De hecho, los analistas consideran que este mismo año, la banca europea podría adelantar la devolución de hasta 900.000 millones de euros al BCE, un 42% del total recibido.
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Entrevistador: – Si se eliminara el Banco Central, ¿Qué pondría en su lugar? Thomas Sowell: – Cuando alguien extirpa un cáncer, ¿Qué pone en su lugar?
Karl
Muchos se espantan cuando el poder político pretende controlar el precio de los alimentos, pero aplauden que controle el precio del crédito mediante un banco central. __ "Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio." ~Karl Marx, Manifiesto Comunista.