Abanca allana la compra de Targobank, filial española de Crédit Mutuel. La entidad presidida por Juan Carlos Escotet ha completado la revisión de las cuentas sin sobresaltos y se prevé que presente una oferta en los próximos días, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Lo lógico es que Abanca y el grupo francés cierren la operación como máximo en noviembre.
La revisión de los números de Targobank, un proceso conocido en el argot financiero como due diligence, se inició en mayo. Abanca y Crédit Mutuel llevan meses negociando la venta de Targobank, que arrastra números rojos desde hace varios años. Fuentes oficiales de Abanca prefirieron no hacer comentarios al respecto.
Se descuenta que el banco gallego hará una oferta de derribo. Fuentes próximas a la operación detectan que tanto Abanca como Crédit Mutuel no tienen prisa por cerrar la operación, aunque dan por hecho que las partes deberían ponerse de acuerdo antes de diciembre. Targobank tiene casi 4.000 millones de euros activos y perdió más de 4 millones en el primer semestre de 2022, según las últimas cuentas facilitadas al Banco de España.
En el precio jugarán un papel clave tanto los costes de reestructurar plantilla como el consumo de capital para Abanca al engrosar los Activos Ponderados por Riesgos (APR). Targobank cuenta con 544 empleados, 66 oficinas y 102 cajeros automáticos. Tiene alrededor de 100.000 cuentas de pasivo, con datos a cierre de 2021, los últimos disponibles en la Asociación Española de Banca (AEB).
Los vínculos de Targobank con Popular
Targobank nació en 1993, con el nombre de Banco Popular Hipotecario. En 2010, Crédit Mutuel se hizo con un 50% de su capital social tras alcanzar un acuerdo con el antiguo Popular. En junio de 2017, con la resolución del banco presidido entonces por Emilio Saracho y la venta a Santander, el grupo francés adquirió el 100%.
Crédit Mutuel tuvo que hacer varias inyecciones de capital para cubrir las pérdidas en Targobank en los últimos años, cuando afloró pérdidas por las cláusulas suelo de antiguos clientes de Popular. La última, de 20 millones de euros, fue en julio.
Abanca, con munición pero sin opciones
La cúpula de Abanca lleva tiempo buscando ganar tamaño vía compras. Pero, de momento, se tiene que conformar con pequeñas adquisiciones. Desde 2014 ha cerrado cinco operaciones corporativas. La primera fue la integración ese mismo año del Banco Etcheverría; en 2017 realizó la compra de Popular Servicios Financieros; en 2018, adquirió el negocio minorista de Deutsche Bank en Portugal, y en 2018 también compró a Caixa Geral de Depósitos su banco en España, Banco Caixa Geral.
Abanca tiene munición suficiente para acometer una operación corporativa para situarse entre las cinco grandes entidades de España. Según las últimas cuentas a junio, cuenta con un exceso de capital de unos 1.500 millones, aunque el Banco Central Europeo (BCE) le ha subido los requisitos de solvencia para este año por el perfil de riesgo.
El gran intento frustrado de Escotet fue en 2019. En ese momento, Abanca intentó lanzar una especie de OPA por Liberbank cuando la entidad asturiana estaba en plenas negociaciones de fusión con Unicaja. Desde ese momento, el mercado apunta al banco como principal candidato para hacerse con Ibercaja, pero el empeño de la cúpula aragonesa por seguir en solitario y la fortaleza de su actividad frenan cualquier intento de integración.