Banca

La banca desoye al BCE y baja un 8% el interés de los depósitos en un mes

Con la tardanza de Santander, CaixaBank y BBVA por remunerar el ahorro, la lucha entre entidades más pequeñas no es suficiente para recuperar una rentabilidad atractiva. El BCE y la CNMC vigilan de cerca a los bancos españoles

  • Nadia Calviño junta a Christine Lagarde, presidenta del BCE

Las llamadas del Banco Central Europeo (BCE) para que los bancos españoles paguen por los depósitos quedan en saco roto. Santander, CaixaBank y BBVA se resisten a una guerra por el pasivo que haga más atractivo el tradicional producto de ahorro, y la tardanza afecta ya al resto del sector. Las entidades españolas han recortado un 7,8% la rentabilidad que pagan a las familias por sus ahorros entre enero y diciembre. Se trata de la primera rebaja en un año y seis meses después de que el Eurobanco apretara el acelerador de las subidas de tipos.

El tipo medio ponderado ha caído al 0,59% en el primer mes de 2023, los últimos datos provisionales del Banco de España, frente al 0,64% que marcó en diciembre y que parecía intensificar la batalla por captar el ahorro pese a la inapetencia de los grandes bancos. La tendencia era de incremento del interés, más bajo que en el resto de países de la zona euro, pero que ahora se da la vuelta.

El tipo de interés TEDR, que equivale a la Tasa Anual Equivalente sin incluir comisiones, de los depósitos de los hogares españoles cayó en la mayoría de los plazos. El tipo más alto que aplican las entidades es para el ahorro 'guardado' en el banco entre uno y dos años: se abona un 1,24%, cuando un mes antes era del 1,07%. Hasta ahí las buenas noticias para los ahorradores.

En España los depósitos de entre uno y dos años se remuneran con un 1,24%, frente al 2,89% que se paga en Francia y al 2,32% en Italia"

Esta rentabilidad se queda rezagada sobre lo que pagan por este mismo plazo los bancos de media en Europa (1,93%). Y muy lejos de países como Francia e Italia, que remuneran con una media del 2,89% y del 2,32%, respectivamente.

En el resto de plazos, menos comunes en el mercado, las entidades españoles han rebajado el interés, del 0,42% al 0,37% para depósitos de menos de un año, y del 1,05% al 0,78% para lo de más de dos años.

La guerra de pasivo se ralentiza a la espera de que Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell se lancen a por captar ahorro. De momento, los banqueros esgrimen una excesiva liquidez en España y la ausencia de rentabilidad en sus negocios en el país como principales razones del retardo. También culpan al impuesto para recaudar unos 3.000 millones entre 2023 y 2024.

Y tampoco existen grandes expectativas para los ahorradores: los grandes bancos sólo contemplan pagar a los clientes particulares un máximo del 0,8%, según fuentes financieras de distintas entidades.

Fervor por la deuda pública

El poco atractivo por los depósitos ha propiciado que las familias se interesen por comprar deuda pública, especialmente Letras del Tesoro, que ofrecen una rentabilidad cercana del 3% para plazos de entre tres y seis meses. Y el trasvase ya se deja sentir en las estadísticas, como denota que en enero salieron 13.000 millones de las cuentas bancarias. La bolsa de depósitos de los hogares sigue siendo elevada, con 991.000 millones, pero la tardanza en la guerra del pasivo puede consolidar la salida hacia otros productos similares en riesgo pero con mayor rentabilidad.

"Los clientes de los bancos deben tener el debate (para pedir más interés en los depósitos) con los banqueros. Y si no lo consiguen, cambiarse de banco. Esto se hace en otros países. Yo lo hice", confesó Christine Lagarde, presidenta del BCE, esta semana en una entrevista en Antena 3. Este paso más del Eurobanco en la presión sobre los bancos para que paguen por los depósitos soliviantó al sector, que considera "inaudito" que Lagarde se extralimite en las funciones del supervisor y regulador.

"Remunerar mucho los depósitos casi echa más leña al fuego porque amplía la renta disponible de las familias para consumir", rebate en privado un alto directivo de uno de los principales bancos españoles.

El frente con el BCE se suma al de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que vigila con "interés" la evolución de los tipos que se pagan en España respecto al resto de competidores en la zona euro, como publicó este medio. Más presión que puede tener consecuencia en la maltrecha reputación de los bancos.

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