Nueva petición de los bancos al Gobierno para suavizar el impuestazo. Las entidades asumen que no habrá marcha atrás en el nuevo gravamen, pero intentan rebajar su impacto. Algunos bancos reclaman aplicar el impuesto sobre el tamaño de activos en lugar de los ingresos típicos del negocio y por comisiones. Con esta fórmula, se evitaría distorsionar la competencia del sector, según fuentes financieras.
Esta es una de las medidas que está encima de mesa en las negociaciones con el Ministerio de Economía. El sector está planteando una batería de medidas para corregir el impuesto, como la de computar como gasto deducible la tasa por ser extraordinaria durante dos años. Se rebajaría así la base imponible de Sociedades en unos 900 millones repartidos en los cuatro pagos.
La proposición de ley registrada por los socios del Gobierno de coalición (Grupo Socialista y Podemos) en el Congreso grava el 4,8% de los ingresos del negocio bancario y por las comisiones en la venta de productos financieros, como seguros o fondos de inversión. Como alternativa, las entidades también proponen utilizar la base de pasivos para hacer un reparto más justo entre el sector.
Los grandes bancos argumentan que ya existen otras tasas en función del nivel de pasivos, como el Fondo Único de Resolución (FUR), diseñado para utilizarse en caso de resoluciones de entidades y cuyas contribuciones se calculan sobre la base general de los pasivos de las entidades, excluyendo los fondos propios y los depósitos cubiertos.
Un ejecutivo de los grandes bancos del Ibex considera que gravar la tasa sin tener en cuenta los ingresos haría más equitativo el impuestazo"
Un ejecutivo de los grandes bancos del Ibex, que pide el anonimato, considera que gravar el impuesto sobre otra variable diferente a la de los ingresos típicos lo haría más equitativo. Con el formato actual, advierte, se penalizaría sobre todo el negocio en créditos a empresas, con tipos de interés más elevados que las hipotecas, y la comercialización de seguros y fondos de inversión. “Hay que buscar que no se distorsiona la competencia”, enfatizan desde una entidad.
El sector aguarda el informe del BCE, que no es vinculante, pero será clave para suavizar el impuestazo en la tramitación parlamentaria. No se descarta que el Gobierno, a través del Grupo Socialista, corrija parte del texto de la proposición de ley en aras de la estabilidad financiera, como admitió hace unas semanas Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos.
La banca, a la espera del BCE
El BCE no tiene en su agenda una fecha concreta para dar a conocer su opinión. Lleva examinando el impuesto desde finales de septiembre y suele darse un mes para emitir una opinión sobre propuestas de ley. Puede pedir una prórroga, aunque en principio se descarta esta opción, como señalan fuentes próximas al supervisor único. Si emite una opinión contundente contra el plan de Sánchez, la oposición tendría argumentos suficientes para exigir cambios en la tramitación y alargar el desgaste político por el nuevo gravamen.
José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander, reiteró este miércoles su queja sobre el impuesto por aplicarse sobre los ingresos, cuando las entidades ya pagan un 30% sobre los beneficios. Los banqueros critican que es “injusto, arbitrario y confiscatorio”, en palabras de María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.
“El impuesto tiene que cubrir a todo el sector y esperamos que en el trámite parlamentario se tenga en cuenta al menos la neutralidad dentro del sector”, apuntó ayer César González-Bueno, consejero delegado de Sabadell. El banco ganó 709 millones hasta septiembre, casi el doble, pero González-Bueno defendió que los beneficios no justifican el impuesto porque el mercado exige mayor rentabilidad.
De momento, Sabadell declara una rentabilidad sobre patrimonio tangible (ROTE) del 8%, por encima del objetivo del plan estratégico, aunque aún lejos de cubrir el coste del capital. “Los resultados son todavía insuficientes por el mercado”, afirmó.