CaixaBank no se va a andar por las ramas en la toma de control de su filial portuguesa, BPI, de la que tomó el control hace poco más de un mes. El consejero delegado de la entidad catalana, Gonzalo Gortázar, ha señalado este jueves en la junta general de accionistas que se ha puesto en marcha un "Plan de 100 días" para "mejorar la operativa" del banco portugués.
“Hemos empezado a trabajar de manera conjunta y muy intensa en un plan de 100 días con el objetivo de construir un modelo más eficiente y encontrar maneras razonables y rápidas de mejorar la operativa y el servicio, reducir los costes y, sobre todo, aumentar los ingresos. Tenemos la previsión de que en dos meses se empiecen a aplicar nuevas operativas y tenemos mucha confianza que podremos cumplir cómodamente las sinergias que anunciamos de 120 millones anuales”, ha afirmado el primer ejecutivo de CaixaBank.
La adquisición del 85% de esta entidad ha permitido al grupo catalán, según sus cifras, convertirse en el primer banco de la península ibérica por volumen de negocio, con 564.000 millones de euros (100.000 millones más que el segundo), y clientes, con 15,5 millones.
El presidente, Jordi Gual, ha recordado que las presiones sobre la rentabilidad del sector ha hecho revisar a la baja las previsiones de rentabilidad del plan estratégico.