Examen a fondo por el 'caso STC' en Telefónica. Los grandes inversores de China y otros países de Asia Pacífico están extremando las precauciones antes de lanzarse a comprar empresas en España por las trabas del Gobierno a que Saudi Telecom Company (STC) tome el 9,9% de Telefónica, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
De momento, las alertas no provocan el freno de las operaciones con capital asiático, pero en estos países temen que se les cuestione como a Arabia Saudí en caso de entrar en compañías que se puedan considerar estratégicas.
El fondo soberano chino, China Investment Corporation, es el segundo más grande del mundo. Gestiona 1,3 billones de dólares desde su creación en 2007. Hace seis años compró Logicor, la mayor plataforma logística europea por más de 12.000 millones. Pero la incertidumbre por el desembarco saudí en Telefónica se extiende también a otros países como Corea del Sur, Singapur y Tailandia, según fuentes de la banca de inversión en contacto habitual con este tipo de inversores.
"El Gobierno es consciente de que vetar la compra de STC en Telefónica puede generar una mala imagen para España en el mundo inversor
El 'asalto saudí' en la teleco española cogió por sorpresa al Gobierno en funciones, que ahora trata de crear un núcleo duro de inversores nacionales para protegerla de los saudíes. Incluso, la SEPI explora volver a entrar en el capital de Telefónica más de 20 años después de su salida, como reconoció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
BBVA y CaixaBank dan la espalda al Gobierno
Se espera que tome alrededor de un 5% con el respaldo de un grupo de inversores españoles, aunque BBVA y CaixaBank, principales accionistas de la compañía, han dado la espalda al Ejecutivo. Desde la SEPI no se concretó el porcentaje que estaría dispuesta a tomar y ya aclaró en su momento que el análisis "no presupone" tomar ninguna decisión.
En cualquier caso, las trabas a que STC se haga con el 9,9% está afectando a la imagen que se tiene de España por las señales de "inseguridad jurídica", como indican las fuentes consultadas.
El Gobierno aún no ha comunicado que haya recibido la petición formal de los saudí para entrar en Telefónica, si bien es consciente de los riesgos para la inversión que supondría vetar la operación. Un rechazo cuestionaría la libertad de movimiento de capitales y pondría a España en un posición debilitada para recibir capital extranjero, indican las fuentes.
Más preguntas de lo habitual
"Se están haciendo más preguntas de las habituales. Es un escrutinio exhaustivo por los problemas al desembarco de STC en Telefónica. Sobre todo por la tardanza en autorizar una operación que se anunció a inicios de septiembre", explican fuentes financieras en contacto permanente con grandes inversores chinos y de Asia Pacífico.
"Los movimientos patrióticos en negocio no suelen funcionar", avisa un alto ejecutivo de uno de los grandes fondos extranjeros en España
En plena contraofensiva del Gobierno para frenar el desembarco de Arabia Saudí, CaixaBank y BBVA marcaron distancias en público y descartaron reforzar su posición conjunta de algo más del 10% en la teleco. En el seno de las entidades, que conforman el núcleo duro en el capital de Telefónica desde hace casi 30 años y se sientan en su consejo, se desvinculan de la 'operación reconquista'.
"Los movimientos patrióticos en negocio no suelen funcionar", advierte un alto ejecutivo de uno de los grandes fondos extranjeros en España que pide el anonimato.
STC Group, empresa de Arabia Saudí participada mayoritariamente por la familia real del país, se convertiría en el principal accionista del operador de telecomunicaciones español con el 9,9%. Pero está dispuesta a recortar hasta el 5% si se le permite entrar en la filial que aglutina los negocios de ciberseguridad: Telefónica Tech. Las cartas de todos los implicados ya están sobre la mesa.