Portugal se juega estos días en un tribunal británico 1.500 millones de euros con Santander, una cantidad clave para que el país cuadre sus cuentas, presupuesto, y déficit. Para el grupo español los 1.500 millones de euros suponen aproximadamente el 25% de su beneficio anual (en 2015 ganó 5.966 millones).
Cuatro empresas públicas portuguesas, Metro de Oporto, Metro de Lisboa, Carris (autobús y tranvía de Lisboa) y STCP (autobús y tranvía de Oporto), firmaron con Santander Totta, filial lusa del grupo español, nueve complejos y especulativos contratos de financiación, contratos swap, entre 2005 y 2007. En 2013 las sociedades portuguesas, ante las multimillonarias pérdidas que estaban suponiendo dichos contratos, decidieron suspender los pagos debidos a Santander.
Santander Totta es el segundo mayor banco privado de Portugal
El banco español acudió a finales del pasado año a la justicia británica para defender sus derechos y reclamar los pagos. El pasado mes de marzo el juez William Blair dio la razón a la entidad financiera. En su sentencia el magistrado indicaba que los contratos firmados "eran muy arriesgados", a pesar de que en general los swap tenían un 72% de probabilidades de resultar beneficiosos.
Los contratos de permuta financiera, swap, se emplean para proteger un crédito a un tipo de interés variable de una posible subida del Euribor. El mantenimiento de los tipos de interés prácticamente en cero por la crisis económica y financiera, provocó que los swaps contratados se tradujeran en pérdidas multimillonarias.
El juez Blair explicó en su sentencia de marzo que los swap contratados a Santander Totta, al ser a largo plazo, generaban el riesgo de que las tasas de interés se fueran incrementando creando un efecto "bola de nieve". El magistrado advertía que los contratos firmados a empresas públicas portuguesas levantó preocupación en Santander España, pero que los contratos los firmó Santander Totta. "A la luz de los acontecimientos posteriores se observa el riesgo incurrido, pero en el momento de los contratos este fue aceptable", señala la sentencia. Las empresas portuguesas debían pagar por tanto a Santander 1.500 millones de euros.
El Estado portugués va a tratar por todos los medios de evitar el pago impuesto a Santander y ha recurrido la sentencia. Este mes se han iniciado en la Corte de Apelación de Londres vistas en las que los representantes legales de las empresas portuguesas y del banco español defienden sus argumentos.
Los abogados contratados por las empresas públicas portuguesas sostuvieron en la Corte de Apelación de Londres a principios de este mes que el juez Blair se equivocó al aplicar una normativa internacional y que la Convención de Roma permitiría que fuera juzgado de acuerdo a legislación portuguesa. En ese caso, las compañías lusas aludirían al Código Civil portugués que facilitaría la anulación de contratos por "un cambio anormal de las circunstancias", en este caso, la crisis financiera global. Se trata del mismo argumento que prácticamente han empleado las compañías desde que el caso recabara en los tribunales británicos.
La defensa de Santander insiste en que los contratos se firmaron de acuerdo a la normativa británica, y que por tanto la jurisdicción de este país es competente para juzgar el asunto.
Vozpopuli se ha puesto en contacto en los últimos días con las empresas de transporte portuguesas, y también con el Ministerio de Finanzas del país. De momento la respuesta ha sido en todos los casos que al estar judicializada la cuestión no deben hacer declaraciones.
Sin provisionar
En sus resultados de 2015 Santander apuntaba sobre el conflicto con las empresas de transporte portuguesas que Banco Santander Totta, S.A. y sus asesores legales "consideran que la entidad ha actuado en todo momento con sujeción a la normativa aplicable y bajo los términos de los acuerdos y estiman que los tribunales ingleses confirmarán la plena validez y eficacia de los contratos. El Grupo, por tanto, no ha registrado provisiones por estos procesos".
Santander Totta es el segundo mayor banco privado de Portugal. El grupo adquirió el pasado mes de diciembre Banif-Banco Internacional do Funchal, por 150 millones de euros. Entre enero y septiembre de este año la entidad ha logrado un beneficio de 293,7 millones de euros, un 66% más que en el mismo periodo de 2015. En los nueve primeros meses del año Santander Totta ha ingresado 899 millones, un 21,2% más.