Banco Santander podría recuperar el control de su inmobiliaria, Altamira, en los primeros meses de 2017. La entidad financiera presidida por Ana Botín ha encargado al banco de inversión Citi que negocie un acuerdo para la recompra del 85% que tiene Apollo en esta filial, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. El plan de Santander y Citi es poner sobre la mesa una oferta durante el primer trimestre del próximo año.
La negociación no es sencilla, ya que el fondo oportunista norteamericano va a exigir un precio elevado para salir de Altamira. Distintas fuentes calculan que Apollo podría exigir alrededor de 1.000 millones de euros, ya que tras la compra de esta plataforma la han profesionalizado y captado de nuevo negocio, con contratos como el de Sareb.
La cuestión estará en que cuadren los números a ambas partes. Apollo compró a una valoración de entre cinco y seis veces el Ebitda (beneficio bruto de explotación). Desde el mercado estiman que actualmente se podría colocar a alrededor de ocho veces Ebitda y, en unos años, cerca de diez veces.
Desde que asumió la presidencia de Santander, Ana Botín se ha mostrado poco convencida de la operación con la que su padre colocó el 85% de Altamira a Apollo por 664 millones, en un acuerdo cerrado a finales de 2013. Era un momento en el que apremiaba conseguir capital, cosa que Emilio Botín logró con la venta. Pero fuentes cercanas al banco explican que el coste de capital de esta transacción se acerca al 11% -muy por encima del 8% que exige el mercado a un banco como Santander- y erosiona sus márgenes.
Directivo de confianza
La presidenta del mayor banco español ha encargado la recompra a uno de sus directivos de confianza, Javier García-Carranza, un banquero de inversión con el que coincidió en Londres en su época de Santander UK y al que fichó a comienzos de año procedente de Morgan Stanley. García-Carranza es a su vez quien ha dado el mandato a Citi. Esta operación lleva en estudio desde hace seis meses y tiene como uno de sus principales obstáculos superar las reticencias de algunos pesos pesados del banco.
El plan de Botín y García-Carranza es tomar el control de Altamira para acelerar su plan estratégico de internacionalización. La inmobiliaria ya está en la puja del primer banco malo portugués, Oitante, proceso en el que compite con Servihabitat, de CaixaBank. Además podría expandirse a otros países europeos con crisis inmobiliarias-bancarias, como Italia y Grecia, y a países latinoamericanos como Brasil y México. También se contempla la opción a medio de plazo de entrar en Asia.
Altamira podría expandir su negocio a Latinoamérica, el Sur de Europa y Asia
Con ello, desde Santander consideran que Altamira ganaría valor y podría colocarse en el mercado a medio-largo plazo, vía salida a bolsa o venta a otro industrial.
Para Apollo, el cierre de esta operación a un precio adecuado le permitiría cerrar una operación rentable y centrarse en otros negocios en España, como el bancario a través de Evo Banco y las carteras hoteleras, como la que adquirió recientemente a CaixaBank.