Sareb vuelve al kilómetro cero tras cuatro años de andadura. El banco malo liderado por Jaime Echegoyen ha conseguido volver a situar su tasa de capital por encima de los 4.500 millones de euros, con los que debería sortear las pérdidas de los próximos años sin necesidad de exigir ampliaciones de capital a sus accionistas. El principal accionista es el Fondo de Reestructuración (Frob), con un 45%, y también están los grandes bancos españoles (salvo BBVA).
La sociedad se había situado en un punto delicado hace un año, cuando tuvo que consumir todo su capital y parte de la deuda subordinada aportada en 2012 por sus accionistas, para absorber pérdidas millonarias. Su capital bajó entonces de 4.800 a 2.300 millones. Sin embargo, un cambio legal aprobado por el equipo económico liderado por Luis de Guindos a finales del año pasado devuelve esta cifra a los 4.650 millones.
De esta cantidad, 950 millones son capital en acciones de los inversores; 1.400 millones están en subordinadas; y 2.300 millones están en reservas, como consecuencia de que se hayan llevado antiguas provisiones a esta partida.
Es una victoria que Echegoyen ha trabajado entre bambalinas durante todo 2016. Después del golpe que supuso la circular contable del Banco de España para su balance (es lo que originó las provisiones millonarias), el regulador ha estado en esta ocasión de acuerdo con Guindos en que se salve contablemente a Sareb. De esta forma, se consigue tiempo y tranquilidad para gestionar el desafío del banco malo.
Gastos al alza
Lo que desde el entorno de Sareb se da por complicado o imposible es que la sociedad gane dinero en los próximos años. La sociedad semipública tiene gastos fijos de más de 1.000 millones de euros al año, entre los intereses de su deuda, impuestos, gastos de mantenimientos. Para superar esa cifra con márgenes tiene que elevar los ingresos por encima de los 7.000-8.000 millones de euros anuales, y, de momento, Sareb está lejos de esas cifras: sus ingresos en 2015 fueron de cerca de 3.900 millones y en 2014 de 5.250 millones.
Por ello, el foco de la gestión de Sareb sigue siendo amortizar lo más rápido posible deuda, ya que éste es el gasto sobre el que más margen de acción tiene. Por ello, planea cancelar en torno a 2.000 millones en bonos en las próximas semanas, rebajando su deuda total hasta 41.000 millones. Según ha declarado más de una vez, para Echegoyen la primera prioridad es devolver todos estos bonos, que están en manos de los bancos nacionalizados y cuentan con aval del Estado.
Sareb amortizará en los próximos días deuda por valor de 2.000 millones de euros
Tras el último acelerón dado a final del año pasado con la venta de carteras a grandes inversores, a Sareb le quedan unos 39.000 millones en activos en balance. La proporción de inmuebles sobre deuda inmobiliaria va ganando peso (ha pasado del 28% al 50% en tres años), lo que implica también más gastos de mantenimiento e impuestos. Sólo el IVA supone casi 100 millones al año.
Para enderezar esta situación y acelerar las ventas de pisos, Sareb está concluyendo un plan de acción con los gestores de sus activos (Haya Real Estate, Altamira, Solvia y Servihabitat), con el objetivo de que las ventas se disparen este año. Junto a ello, también se está potenciando la venta directa de inmuebles por parte de Sareb, a través de campañas lanzadas internamente, con las que se traspasaron más de 2.000 activos en 2016.