Un año para olvidar para las familias. El Banco Central Europeo (BCE) se mantuvo firme en su cruzada contra la inflación en 2023 y completó el ciclo histórico de diez subidas de los tipos de interés que inició en julio de 2022. Sólo en la recta final, el Eurobanco pisó el freno ante el riesgo de que la lucha contra la crisis de precios provoque una recesión económica en la zona euro. El resultado para los hogares: crédito mucho más caro, pero depósitos que aún no recogen los efectos de la política monetaria en la oferta de los bancos españoles.
“En algunos países, las entidades se apresuran a ajustar las tasas de interés de los depósitos, y en otros, como España, se están quedando atrás", reprobó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE a finales de noviembre. No era la primera vez que desde el banco central se instaba a las entidades españolas a remunerar por el ahorro tradicional, pero sí en la que se señalaba directamente al sector bancario español.
El ritmo de traslado del aumento de tipos al pasivo es menor que al activo (crédito), como constata el Banco de España. El supervisor nacional calcula que la traslación a los tipos medios de las hipotecas se acerca al 50% y al 30% en los préstamos a hogares para otras finalidades, como el consumo.
Hipotecas más caras
El precio de las nuevas hipotecas alcanza niveles no vistos desde 2009. El tipo medio de interés TEDR, que equivale a la tasa anual TAE pero sin incluir todas las comisiones, de las nuevas hipotecas en España alcanza el 3,86%. Contrasta con el interés del 2,43% que abonan por los depósitos a plazo de las familias, según los últimos registros oficiales del Banco de España.
En depósitos, se trata de una brecha respecto a la media europea, que paga un 3,27%. “Instamos a los bancos a reducir esta brecha”, exigió Nadia Calviño, vicepresidenta económica, en su última reunión con el sector financiero a mediados de diciembre.
La rentabilidad de los depósitos apenas crece por la resistencia de los grandes bancos, a excepción de CaixaBank y BBVA. Aunque en ambos casos no se trata de ofertas muy ambiciosas. CaixaBank, en donde el Estado controla el 17% del capital como herencia de la fusión con Bankia, lanzó después del verano un depósito a doce meses a partir de los 5.000 euros, con un interés de hasta el 2% si se cumplen condiciones.
Guerra ligth y personalizada
Mientras, el banco de La Vela se sumó a finales de noviembre a esta especie de guerra light por el pasivo con un depósito al 2,75%, pero sólo disponible para clientes seleccionados. Santander aún no ha dado un paso al frente y sólo ofrece el tradicional producto de ahorro a través de Openbank, su filial 100% online, que en algunos casos dan una rentabilidad superior al 3% para retener liquidez.
Los depósitos más atractivos son de los bancos online, como MyInvestor (ofrece el 3% a doce meses), y entidades extranjeras que buscan arañar cuota de mercado, como Banca Sistema y Banca Progetto, con rentabilidades superiores al 4%. Aunque la expectativa de rebajas del precio del dinero en 2024 empieza a sentirse ya en el precio de estos productos.
¿Qué va a hacer el BCE?
La cruzada del BCE por controlar los precios parece que surte efectos. En noviembre, la inflación de los países que comparten la moneda única se frenó al 2,4%, el nivel más bajo desde julio de 2021. Es decir, el aumento de precios se está corrigiendo y ya se acerca al objetivo del 2%. Ahora bien, el BCE se resiste a poner fecha para empezar a bajar el precio del dinero y garantiza que los tipos se mantendrán en niveles altos.
"Aunque la inflación ha caído en los últimos meses, es probable que vuelva a repuntar temporalmente a corto plazo", advirtió el BCE tras su última reunión del consejo de gobierno, donde se deciden los pasos a seguir en política monetaria. El techo del precio del dinero parece que se quedará en el 4,5%, salvo sorpresas negativas en el petróleo y el gas.
El BCE, cauto pese a la mejora de la inflación
“No es momento de bajar la guardia”, defendió Christine Lagarde, presidenta del Eurobanco, pese a que la institución prevé que la inflación se corrija mejor de lo esperado. Los expertos del Eurosistema estiman que la inflación general se situará en promedio en el 5,4 % en 2023, dos décimas menos que la previsión de septiembre. La corrección será mayor en 2024, cuando auguran que alcanzará el 2,7% frente al 3,2% previsto hace tres meses. Para 2025 mantienen que el IPC alcance el 2,1% y confían en que la crisis de precios se supere ya en 2026, con una inflación del 1,9%.
Las primeras semanas del año serán cruciales para determinar si el BCE se aferra a un discurso duro contra la inflación o empieza a vislumbrar las primeras rebajas del precio del dinero ante el riesgo de que se pase de frenada y hunda la economía en una recesión. El mercado, de momento, apuesta por que la primera rebaja acabará llegando entre el primer y el segundo trimestre.