La fusión de las divisiones de viajes de Globalia y Barceló dará a la segunda compañía el control exclusivo del negocio a largo plazo. En un informe a la CNMC al que ha tenido acceso Vozpópuli, el grupo mallorquín estima que es "altamente improbable" que Globalia recupere el control de la compañía dos años después de la fusión, ahora paralizada al menos hasta finales de año por el impacto que el coronavirus pueda tener en los negocios de ambos grupos.
La fusión tiene como objetivo crear un gigante que aspira a disputar la primera plaza al rey del sector: Viajes El Corte Inglés. La compañía resultante contará previsiblemente con 1.500 puntos de venta, una nómina de más de 6.000 empleados y una facturación que supera los 2.600 millones de euros.
El plan aprobado por Competencia el pasado 8 de mayo y adelantado por este medio pasa por ceder a Barceló el control exclusivo de Gestión de Viajes Deneb S.L con el 50,55% del capital social. Esta sociedad fue creada en junio de 2019 por la familia Hidalgo, que actualmente es la administradora única; pero, tras la operación, las decisiones estratégicas recaerán sobre Barceló.
Globalia pretende sumar a este entramado de empresas (Halcón Viajes, Viajes Ecuador, Geomoon, Global Corporate Travel y Tubillete.com); así como las divisiones mayoristas Travelplan, Iberrail, Touring Club, Marsol y Welcomebeds. Por su parte, Barceló cuenta con alrededor de 20 sociedades dedicadas a la organización de viajes y al transporte que se engloban bajo la marca Ávoris.
Como contraprestación por la aportación de Ávoris, Barceló recibirá el 50,55% del capital social resultante; mientras que Globalia continuará con el 49,45% de Deneb, a la que Globalia ha cedido sus activos. Por ello, "aunque desde el punto de vista mercantil la entidad se considera una empresa en participación o joint venture, a los efectos de la normativa de defensa de la Competencia la entidad estará controlada en exclusiva por Barceló".
Así, Barceló designará tres de los cinco miembros del Consejo de Administración y tomará las decisiones estratégicas (presupuesto, plan de negocios e inversiones, o nombramiento de altos directivos) que Globalia no podrá vetar. Esta situación, según figura en el acuerdo, se mantendrá en tanto que no se produzca la sustitución de las garantías corporativas aportadas por Barceló a favor de la entidad resultante.
"Altamente improbable"
En este sentido, en el momento en que las garantías corporativas de Barceló se cancelen o sustituyan, Globalia dispondría de una opción de compra para igualar la participación accionarial al 50%. Entonces adquiriría la capacidad de vetar decisiones estratégicas y "las partes reconocen expresamente que se produciría un cambio en la estructura de control", que tendrían que notificar de nuevo a la CNMC.
Sin embargo, según consta en el citado documento ante los argumentos aportados por Barceló, "ese posterior cambio en la estructura de control es incierto y en ningún caso se producirá en el corto plazo". De hecho, estima que es "no ya incierto, sino altamente improbable que en el periodo transitorio de dos años previsto para resolver la sustitución de garantías se puedan efectivamente sustituir".
Barceló alega además que "la actual coyuntura del covid-19 haría inviable que las entidades financieras asuman la sustitución" de sus garantías, que, según señala, resultan "más fiables" que las de Globalia. A su vez, ambas partes se comprometen a que en ningún caso la familia Hidalgo podrá recuperar el control de sus agencias en un plazo inferior a un año desde el cierre de la operación, actualmente en 'stand by'.