El pasado 29 de agosto se supo que el FC Barcelona fijará la sede de su filial de producción audiovisual y contenido digital, Barça Media, en Países Bajos, para cotizar en el Nasdaq estadounidense, según constó en la documentación presentada ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC).

Los hechos se producen pocas semanas después de anunciar, el 11 de agosto, el acuerdo entre la entidad azulgrana y Mountain Partners, firma especialista en inversiones en compañías tecnológicas y sectores emergentes, para crear una SPAC o sociedad de inversión para sacar una parte de la sociedad a cotizar en el mercado de valores estadounidense.

Esto supone el colofón de un verano muy complicado en la parcela económica del Barcelona, ya que el club ha sufrido ventas y recortes en casi todas las secciones profesionales, que forman parte de un proceso prefijado con el club para adecuarse al plan de viabilidad marcado por LaLiga, que tendrá como fin último rebajar la aún enorme masa salarial, por encima de los 500 millones, que sufre el Fútbol Club Barcelona.

De la escabechina en el equipo de baloncesto, con las sabidas bajas de Mirotic, Jasikevicius y Higgins, a las salidas de Fábregas y Cindrić en balonmano, pasando por pocos gastos en el resto de parcelas, aunque el propio presidente Joan Laporta se comprometió a no clausurar ninguna de las secciones no profesionales que dependen directamente del primer equipo. A ello hay que sumar la desaparición de Barça TV y el despido de sus 150 empleados. De este modo, Laporta se ahorró otros 8 millones de euros.

¿Por qué se marcha el Barcelona a Países Bajos?

Aunque la operación para mover la sede fiscal de Barça Media a Países Bajos requiere de la aprobación en la próxima Asamblea General de socios del mes de octubre, no deja de ser una estrategia lógica. En la memoria colectiva está el éxodo de Ferrovial a la nación neerlandesa, aprobada por la Junta General de Accionistas el pasado abril.

Si bien, la marcha de la multinacional tuvo un marcado carácter político, pues contamos en Vozpópuli que los accionistas minoritarios que intervinieron en el famoso cónclave dieron su aprobación, no sin antes cargar contra el Gobierno de Pedro Sánchez por ataques que "bordean la ilegalidad" contra la compañía.

¿Qué tiene Países Bajos para que resulte tan atractivo trasladar allí la sede fiscal? Una fiscalidad extremadamente baja para rentas importadas de otros países que provengan de derechos de imagen, royalties y marca.

Los beneficios de dicha explotación, que en España se tributa como el Impuesto de Sociedades, en Países Bajos no tienen dicha carga fiscal. Esta es la principal razón que ha llevado a la junta del Fútbol Club Barcelona a plantear este traslado.

La diferencia, por ejemplo, con la marcha de Ferrovial, es que esta movió su empresa matriz a Países Bajos. Con todo lo que ello implica. El Barcelona se ha subido a la ola de trasladar una filial para ahorrar impuestos. Tan lógico como moralmente cuestionable. Decisión que no hace más que confirmar el mal momento económico que atraviesa la entidad culé.

Habrá que esperar un tiempo prudencial hasta que el Fútbol Club Barcelona presente sus cuentas en los ejercicios venideros para comprobar si el nuevo cambio de rumbo de la entidad tiene peso real en su economía y ayuda a reflotar un transatlántico completamente a la deriva.

Viendo las dificultades que ha tenido el club este verano para inscribir a los fichajes, amén de la configuración low cost que tienen para la temporada 2023/2024 las secciones, escaquearse de pagar impuestos no parece la opción más inteligente para convencer al desencantado aficionado medio, que está harto de palancas, ventas y cesiones.

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