El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) lo tiene claro: hay que dar una vuelta a la última reforma laboral porque el paro estructural y la temporalidad siguen siendo los principales problemas de la economía española. Y es que el cambio de 2012 mejoró notablemente la flexibilidad interna de las empresas, pero ahora toca incentivar la contratación indefinida y hacer más eficientes las políticas activas y pasivas de empleo.
Así figura en el último documento elaborado por el servicio de estudios, en el que reconoce que existe cierta incertidumbre sobre el nivel de paro estructural en España, pero avisa de que si este tipo de empleo se enquista en niveles muy elevados puede hacer que la creación de empleo se ralentice durante los próximos trimestres y que aumente aún más la desigualdad entre los que tienen un puesto de trabajo y los que no.
Ése es uno de los grandes motivos por los que cree que hay que dar una vuelta a la reforma laboral para fomentar un mercado laboral más inclusivo. Y que fomente el empleo indefinido. Y es que, tal y como explica, en los mercados altamente segmentados los ajustes de los costes laborales se concentran en los trabajadores con contratos temporales, lo que aumenta la volatilidad del empleo.
Los salarios
Reconoce que la reforma de 2012 dio algún paso en este sentido, pero queda mucho camino por hacer porque resultó "claramente insuficiente". También pone en valor el efecto de la moderación salarial de los años de crisis: ha evitado la pérdida de 900.000 empleos y podría haber ayudado a generar 2 millones de puestos más si se hubiera aplicado desde que comenzó el ajuste.
Esta reflexión de BBVA coincide en el tiempo con algunas reflexiones que van en sentido totalmente opuesto, como las del Banco Central Europeo (BCE) o el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que están empezando a reclamar subidas de salarios para no poner en peligro la reactivación económica. Y es que, según un estudio reciente de Funcas, los sueldos de los nuevos contratos de 2015 eran un 12% más bajos que los nuevos contratos que se firmaban antes de la crisis.
El banco también pide que se actúe para mejorar la competitividad española con reformas que aumenten el tamaño de las empresas
Pero las demandas de BBVA no acaban ahí. También reclama reformas para mejorar la competitividad del país. Admite que España parte de una buena base en este sentido, pero considera que el peso del
sector exportador es todavía reducido. Por eso, cree que hay que trabajar en reformas que aumenten el
tamaño de las empresas y mejoren el capital humano.
Y es que, según el banco, el tamaño es el determinante más importante para la internacionalización de las empresas. De hecho, asegura que un incremento de un 1% en la dimensión de la empresa eleva la probabilidad de exportación en un 5%. Y que las empresas grandes españolas son 3,3 y 1,7 veces más productivas que las pequeñas.
Para finalizar, el banco reclama una vez más reformas reformas ambiciosas que aseguren la sostenibilidad de las finanzas públicas. No es la primera vez que el banco hace esta petición, hace solo unos días dejó claro que habrá que tomar medidas para cumplir el objetivo de déficit de 2018 por la falta de Presupuestos. A su parecer, se ha avanzado mucho en el sector privado, pero en el público queda trabajo por delante para evitar costes significativos en términos de PIB y empleo si se mantiene la deuda elevada tras la crisis.
El 'proces' ha generado más incertidumbre que las elecciones generales y el Brexit
El documento de BBVA hace también referencia a la situación de Cataluña y asegura que el 'procés' ha generado más incertidumbre económica en la región que la repetición de las elecciones generales o el Brexit. "La incertidumbre de política económica en Cataluña alcanzó en octubre máximos históricos por encima de los registrados en enero y junio de 2016", sostiene.
Aún así, reconoce que estimar el impacto de esta incertidumbre en el PIB es complicado y dependerá de la intensidad en el incremento de la incertidumbre, de su extensión en el tiempo y de sus efectos
en el resto de España. De hecho, hay algunos factores como la política monetaria del BCE que podrían moderar el impacto sobre la economía.
En el escenario más probable, el impacto en la economía española podría ir de una a cinco décimas. En el escenario más adverso, pero también menos probable, podría llegar a 1,1 puntos. En cualquier caso, será mayor en Cataluña y el turismo y el sector inmobiliario serán las parcelas de actividad más afectadas.