Berlín no lo va a poner fácil. Las autoridades germanas y, sobre todo, el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, han trasladado a los españoles que Alemania se va a resistir como gato panza arriba a que el BCE brinde facilidades para el crédito a las pymes.
La falta de financiación a los sectores productivos es una obsesión para el BCE. Por eso, la idea que baraja la institución que preside Mario Draghi consiste en que los bancos den crédito a pymes y luego intercambien esos paquetes de préstamos por liquidez del BCE. Sin embargo, los tudescos no consideran suficiente aval todo aquello que carezca de garantía de un Estado y, por lo tanto, pelean para que esta medida no prospere.
La desunión bancaria
Y otro tanto sucede con la unión bancaria. No se vislumbra en un horizonte próximo nada que pueda entrañar nuevas transferencias de fondos entre países. Schäuble ya ha manifestado en privado que habrá una, pero que tardará bastante tiempo en ser completamente operativa.
Con el gran inconveniente añadido de que en Alemania todo ha de pasar por el parlamento. El Gobierno de la CDU ha perdido el control de la cámara alta a manos del SPD, y los socialistas no van perder ocasión para, inmersos en una campaña electoral, bloquear en el Bundesrat cualquier iniciativa de Angela Merkel.
¿Ni agua?
A modo de compensación, los teutones tan sólo ofrecen a España que se refuerce el Banco Europeo de Inversiones para que movilice más fondos; el plan europeo para el empleo juvenil dotado con 60.000 millones de euros; promover la inversión y los intercambios comerciales de los alemanes con nuestro país, y acuerdos con el fin de que las empresas germanas puedan contratar aquí.
Por el momento, Berlín está dando muy pocas señales de que vaya a abrir la mano después de las elecciones. Y por si fuera poco, en el Consejo Europeo de este miércoles, el bloque de los países del norte presionaba con fuerza para que se adopte un esquema provisional de rescate de bancos que aplique quitas a los depósitos por encima de los 100.000 euros.