El último viernes del mes de noviembre ('Black Friday') ha sido tradicionalmente el más esperado por los comerciantes estadounidenses. Señala el pistoletazo de salida de una etapa de consumo compulsivo que sigue al Día de Acción de Gracias y antecede a las fiestas navideñas. Cuenta la tradición que su nombre se debe a la capacidad que tienen esas 24 horas para cambiar el signo de la cuenta de resultados de las tiendas desde pérdidas (número rojos) a beneficios (números negros).
Según los datos provisionales del Banco de España, en el pasado mes de noviembre, el saldo vivo de los créditos al consumo concedidos a los hogares aumentó en 7.194 millones de euros, pasando de 180.210 millones de euros a finales de octubre a 187.404 millones a cierre de noviembre. Es un aumento del 3,99% en su solo mes, que contrasta, sin embargo, fuertemente con los datos de la deuda que los ciudadanos mantienen con las entidades financieras por los créditos hipotecarios que apenas han aumentado en 1.678 millones en ese mismo periodo, un 0,33%.
Ha bastado que la pandemia concediera una tregua más en su capacidad de contagio desde mediados del mes de agosto hasta mediados de diciembre para que muchos ciudadanos recuperaran las ganas de viajar y de consumir, tras muchos meses de ahorro obligado por las restricciones que han acompañado, de forma casi permanente, a la crisis sanitaria.
Los hogares solicitaron a los bancos 2.977 millones de euros en nuevos créditos al consumo durante el mes de noviembre. Es la cifra más alta desde febrero de 2020 (3.137 millones) y suponen un incremento del 18% sobre las concesiones aprobadas el mes anterior.
Además de las ganas contenidas durante muchos meses de consumir, es más que probable que las condiciones financieras hayan acompañado en la medida necesaria a los deseos de los ciudadanos. El tipo de interés TAE de los créditos al consumo en el mes de noviembre fue del 5,77% que, aunque no es el más bajo del año, es un punto inferior al que regía doce meses antes y casi dos puntos porcentuales menos que en noviembre de 2019.
Los hogares solicitaron a los bancos 2.977 millones de euros en nuevos créditos al consumo durante el mes de noviembre
El incontenible deseo de gastar se ha dejado sentir también en el uso de las tarjetas de crédito. Según las cifras recogidas por el Banco de España, el saldo vivo de estos instrumentos de pago creció en 235 millones de euros, hasta un total de 10.017 millones. Quebró de esta manera una racha de siete meses por debajo de los 10.000 millones.
Las tarjetas de crédito son un instrumento de pago mediante el cual el cliente puede disponer de dinero aunque no cuente con saldo suficiente en sus cuentas en el momento de realizar el gasto. El cargo suele realizarse sin intereses si se abona en los cinco primeros días del mes siguiente al de la compra, o con un interés prefijado con la entidad si se alarga la amortización durante varios meses.
El dato de noviembre no oculta, sin embargo, las dudas que subyacen sobre el futuro de la economía española. El uso de las tarjetas de crédito sigue en caída libre en los últimos años, con incrementos solo muy puntuales. En febrero de 2020, último mes de normalidad absoluta prepandemia, el saldo de las tarjetas de créditos ascendía a 12.313 millones. Desde entonces, se ha reducido en 2.000 millones de euros, un 16,2%, porcentaje que refleja claramente la incertidumbre de estos dos últimos ejercicios.
El dato de noviembre no oculta, sin embargo, las dudas que subyacen sobre el futuro de la economía española
En noviembre de 2020, la apelación al crédito se quedó en 2.644 millones y aun así fue un 10,99% más que en el mes de octubre previo. Nada que ver con las cifras de noviembre de 2019 (3.708 millones de euros), 2018 (3.403 millones) o 2017 (3.220 millones). De los 2.977 millones de euros concedidos en noviembre del pasado año, el 47% tienen un plazo de devolución de más de cinco años; el 34,1%, entre uno y cinco años, y el resto, 552 millones tienen que ser amortizados en noviembre próximo.
El avance publicado por Eurostat a comienzos del año en curso de los datos del comportamiento del comercio minorista durante el mes de noviembre presagiaban en general un importante aumento del gasto. En el caso de la Eurozona, el crecimiento del consumo fue del 7,8% en tasa interanual, que subió una décima, hasta el 7,9%, para el conjunto de la Unión Europea. El mayor aumento se dió en los productos no alimenticios, con un 11,8%; las compras de comidas, bebidas y tabaco crecieron en tasa interanual apenas un 0,9% en la Eurozona y en la UE.
Eslovenia (+41,1%), Francia (+22,7%) y Polonia (+14,5%) encabezaron los avances en los últimos doce meses, con España (+4,8%) en una discreta posición intermedia. En algunos países desarrollados como Alemania o Finlandia, el consumo retrocedió un 2,8% y un 1,9%, respectivamente.