50.000 millones de euros más en cinco años. La factura anual de las pensiones avanza a un ritmo vertiginoso, con un gasto total que supera ya los 200.000 millones de euros al año entre las contributivas, no contributivas y Clases Pasivas.
En agosto, última nómina mensual abonada por la Seguridad Social, las pensiones contributivas marcaron un récord de 12.829 millones y a finales de año rozará ya los 13.000 millones. Esto permite anticipar un gasto anual próximo a los 180.000 millones este 2024.
En 2019, antes de que se aprobase la reforma que regula la revalorización de las prestaciones conforme al IPC del año anterior y que esto coincidiese con la inflación más elevada en décadas, el gasto anual en pensiones contributivas fue de 135.175 millones.
También ha crecido la factura de las pensiones que aún se pagan a aquellos empleados públicos enmarcados dentro del Régimen de Clases Pasivas: 11.000 millones en el primer semestre y, previsiblemente, unos 22.000 millones en el conjunto del año.
En 2019, las pensiones de Clases Pasivas acarrearon un gasto de 15.711 millones, alrededor de 5.000 millones menos que ahora. Éstas, como las contributivas, se han revalorizado en base a la inflación en los últimos tres años: un 2,5% en 2022, un 8,5% en 2023, y un 3,8% en 2024.
Finalmente, el gasto en pensiones se completa con aquellas no contributivas, que se vienen revalorizando por encima de la inflación. En 2019, el gasto en pensiones no contributivas de jubilación e invalidez fue de 2.552 millones.
Este año, tras las revalorizaciones del 3% en 2022, del 15% en 2023 y del 6,9% en 2024, la factura anual de las pensiones no contributivas rondará, previsiblemente, los 3.400 millones. Hasta julio, últimos datos disponibles y que incluyen la 'extra' de junio, se han gastado 1.938 millones.
El imparable gasto en pensiones
La consecuencia es que las pensiones ya se comen en seis meses el gasto de todo un año antes de la crisis financiera. Y la subida no para. La inflación registrada este año permite anticipar que las pensiones se revalorizarán por encima del 3% en 2025.
A esto se suman otros factores que tampoco ayudan a frenar el gasto, como el hecho de que España goce de una esperanza de vida récord en la UE; que el número de pensionistas crezca con cada vez más intensidad, por el inicio de la jubilación de los babyboomers; y que los nuevos pensionistas entren al sistema con prestaciones más altas que los que salen.
La Comisión Europea ha advertido de que España es el país de la UE donde se prevé un mayor aumento del gasto en pensiones por la indexación al IPC y la supresión del factor de sostenibilidad. Se elevará del 12% del PIB en el que se sitúa actualmente al 14,3% en 2030, al 16,2% en 2040 y al 17,3% en 2050.
También ha apuntado que las medidas adoptadas por el lado de los ingresos, como el aumento de las contribuciones al sistema y de la edad efectiva de jubilación, compensarán sólo "parcialmente" el incremento del gasto. Con todo, el déficit del sistema alcanzará su pico máximo en el año 2053, del 3,1% del PIB, por lo que serán necesarios nuevos ajustes.