Este lunes fue un fiel reflejo de uno de los viejos axiomas bursátiles que perdura aun con el paso de los tiempos: no hay nada peor para los mercados que la incertidumbre. Se aplicó con firmeza en la Bolsa española, donde las pérdidas se impusieron desde primera hora después de que los resultados de las elecciones generales celebradas ayer dejaran un futuro político incierto en España. El retroceso se tradujo en una fuerte caída del Ibex-35, que se dejó un 3,62% y en pérdidas superiores a los 17.500 millones de euros en una sola sesión.
Sectores como el financiero y el eléctrico estuvieron entre los más castigados por los inversores. Caixabank se dejó un 7,44% mientras que Banco Popular protagonizó retrocesos del 6,9% y Bankia perdió algo más de un 5%.
Fueron las pérdidas más sonadas pero los números rojos afectaron a todos los valores del sector que registraron una pérdida conjunta superior a los 8.800 millones de euros en la sesión de este lunes. En términos de capitalización, Santander fue el más afectado. Tras el cierre de la jornada, la entidad presidida por Ana Botín vale casi 3.300 millones de euros menos que el pasado viernes.
En el ámbito energético, las pérdidas más significativas fueron para Repsol, que perdió más de un 7%, y Endesa, cuyos descensos se fueron por encima del 5%. También fueron especialmente castigadas compañías cotizadas que cuentan con el Estado como uno de sus principales accionistas. Al margen de la ya mencionada Bankia, Red Eléctrica perdió un 4% y el gestor aeroportuario AENA fue uno de los valores con peor comportamiento del Mercado Continuo, con descensos superiores al 7%.
La Bolsa española se desmarcó del resto de las principales plazas europeas, cuya tendencia fue incluso positiva hasta la recta final de la sesión, en la que los números rojos se impusieron, aunque de una forma muy moderada. Francfort y París se dejaron algo más de un 1%, mientras que el FTSE100 de Londres apenas retrocedió un 0,3%.
Mientras, la incertidumbre generada por la situación política también tuvo su repercusión en la prima de riesgo, que se elevó hasta el entorno de los 125 puntos básicos, cuando en los días previos a la consulta electoral se había movido entrre los 100 y los 105 puntos.
