Economía

Las patatas fritas gallegas que triunfan gracias a 'Parásitos'

La venta online de Bonilla a la Vista ha aumentado más de un 150% tras aparecer en la película coreana

Soltaron amarras en Ferrol en 1932, cuando Salvador Bonilla, fundador y padre del actual propietario, César Bonilla, comenzó a vender churros y patatas fritas en las diferentes ferias de los pueblos de Galicia.

Diez años más tarde abría la primera churrería de Bonilla a la Vista en La Coruña. Era el comienzo de una historia de éxito que se ha incrementado en las últimas semanas, después de que estas famosas patatas fritas gallegas apareciesen en la película coreana ‘Parásitos’, ganadora de cuatro premios Oscar.

Uno de los distintivos de Bonilla es que además de en bolsas, desde su origen envasan sus patatas en latas. Así las repartían, en bicicleta primero y en moto después, durante los años 50 por las cafeterías coruñesas. Es precisamente una de estas latas, con su peculiar velero azul como logo, la que aparece en una escena de la aclamada cinta de Bong Joon-ho.

Según cuentan desde la empresa a Vozpópuli todo fue casualidad. Se enteraron a través de amigos y clientes que vieron la película y les avisaron. “Localizaron el frame y a partir de ahí lo difundimos porque nos parecía una noticia curiosa y anecdótica que luego se nos fue de las manos para bien”, aseguran.

“En España ha aumentado muchísimo la demanda”, explican. Los distribuidores habituales piden más producto de lo normal y otros nuevos se han puesto en contacto con la compañía, pero sobre todo se ha incrementado la venta online: “Era un tipo de venta que no era nuestro principal canal y ahora ha aumentado más de un 150%”.

El triunfo de estas patatas gallegas se traslada estos días también a las redes sociales, donde numerosos usuarios de Corea del Sur comparten fotografías con la famosa lata.

Presentes en Corea del Sur desde 2016

De las 540 toneladas de patatas fritas que fabrican anualmente, 40 se distribuyen a Corea del Sur, país al que exportan desde el año 2016. Su producto viaja en barco desde el puerto de Marín (Pontevedra) hasta Seúl en un trayecto que dura aproximadamente 30 días. Una vez en tierra, cada lata de 500 gramos se vende por alrededor de 25 euros, 12 euros más que en España.

Además de en Corea, que supone el principal mercado exterior de la empresa, Bonilla está presente en otros 19 países como Panamá, Bélgica, Italia e incluso Australia.

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