Nuevo varapalo para la economía europea. El bono alemán a 10 años cae a terreno negativo por segunda vez en su historia, después de que se conociera que el PMI de la eurozona y el del país se contrajera, lo que aviva los temores a una desaceleración económica más rápida.
El ‘bund’ alemán, que funciona como activo refugio para los inversores, ha terminado por desplomarse tras el mal augurio que dan las perspectivas de los principales organismos mundiales.
El Banco Central Europeo ya explicó hace dos semanas que la esperada subida de tipos de interés se tendrá que aplazar a 2020 y la Reserva Federal Estadounidense ha decidido no hacer ninguna subida más en 2019 ni en 2020.
La demanda de bonos alemanes también ha estado impulsada por riesgos políticos como el brexit o la inestabilidad italiana. La debilidad del euro tampoco ayuda, ya que provoca que aumente el atractivo de los rendimientos de los bonos del Viejo Continente para los inversores extranjeros, como cobertura de cambio,.
La primera vez que cayó el bund por debajo de cero fue en 2016, cuando el BCE comenzó su programa de compra de activos por valor de 2,6 billones de euros. Ahora, lo vuelve hacer, cuando el supervisor lo finaliza, con un entorno de inflación, crecimiento y rendimiento sensiblemente a la baja.
Curva invertida en EEUU
Otro dato que no llama al optimismo es la inversión de la curva de tipos de Estados Unidos entre los rendimientos de los bonos a tres meses y diez años por primera vez desde 2007, antes de la gran crisis.
Los expertos explican que cuando se produce este acontecimiento en el mercado se produce una recesión. No obstante, las referencias más usadas son los bonos a 10 y 2 años, cuya curva aún no se ha invertido.
¿Problema para la banca?
Que el bono alemán entre en terreno negativo no es una buena noticia para la banca. Las entidades tienen una cartera de bonos y renta fija estructural y coyuntural que usan para hacer coberturas, para balancear el activo y el pasivo, recuerda Nuria Álvarez, analista de Renta4.
Esta misma experta explica que el margen de interés es el segundo elemento más importante para un banco después de la inversión crediticia.
"El problema no es tanto la cartera de renta fija sino la hora de sustituir esa cartera porque lo que les vence está en unas rentabilidades mucho más mayores", expone.
No obstante, recuerda que la banca española tiene muy poca exposición a la deuda alemana, pero no deja de ser un añadido más y un elemento de presión para el sector que no deja de sufrir.
Adrien Pichoud, economista jefe y gestor de carteras de SYZ AM, explica que los bancos europeos suelen presentar una correlación positiva con los rendimientos del bono alemán.
"Cuando los tipos de interés aumentan, los bancos suelen superar la rentabilidad del índice general, y cuando bajan, los bancos quedan rezagados", detalla.
En el contexto de la política monetaria ultralaxa de Europa, y dado que el BCE ha indicado últimamente que más bien se inclinará por una postura relajada durante algo más de tiempo (con una baja probabilidad de que haya una subida de tipos en 2019), la rentabilidad de los bancos sigue "viéndose bajo presión".
Desde principios de enero de 2018 hasta febrero de 2019, los bancos europeos se han rezagado en más de un 19% con respecto al índice general de renta variable europea. Al mismo tiempo, los tipos repuntaron y el rendimiento del bono alemán a 10 años disminuyó del 0,43% al 0,18%.
Además, una curva de tipos plana y unos tipos anclados en terreno negativo (lo que dificulta que los bancos puedan aumentar sus márgenes de intereses netos) han ejercido presión sobre los beneficios bancarios; sin contar los numerosos préstamos improductivos de sus balances, especialmente en Italia.
En adelante, podría haber algunos ajustes de los rendimientos europeos, especialmente de Alemania. En febrero alcanzaron unos bajos niveles y, a corto plazo, esto podría favorecer los bancos europeos, relata el experto.