El caos informático vivido el pasado año por TSB se ha traducido, de momento, en pérdidas económicas millonarias y en decenas de miles de clientes menos para la filial en Reino Unido de Sabadell. El banco ha congelado los bonus previstos para sus directivos, ha nombrado un nuevo director general, y afronta investigaciones oficiales en marcha.
Los problemas internos de la entidad británica -el banco español acordó la compra de TSB en 2015 en una operación valorada en 2.350 millones de euros- se suman a los creados por el brexit y la crisis institucional en Cataluña, que llevó a Sabadell a trasladar su sede a Alicante.
TSB llevó a cabo a finales de abril de 2018 un proceso de integración tecnológica que causó que cientos de miles de clientes tuvieran problemas para acceder a sus datos, y que delincuentes aprovecharan la ocasión para sustraer dinero de sus cuentas.
Si TSB recibiera 10.000 quejas más de las 223.000 esperadas, afrontaría otro coste de seis millones de libras
TSB, que el pasado mes de septiembre anunció la salida de su director general, Paul Pester, explica que el episodio ha supuesto un coste adicional de 330,2 millones de libras (unos 377 millones de euros) -compensaciones, investigaciones, asesores, auditores, caída de negocio...- y unas pérdidas antes de impuestos de 105,4 millones de libras (120 millones de euros).
TSB, que tiene a cerca de cinco millones de clientes, admite que aproximadamente 80.000 abandonaron la entidad el pasado año, 30.000 más que en 2017; y señala que 140.000 abrieron una nueva cuenta.
Más de 200.000 quejas
A 30 de enero de este año, el banco había recibido 204.000 quejas relacionadas con la polémica transición informática, habiendo dado respuesta al 90%. TSB prevé recibir en total 223.000 reclamaciones y espera poder haberlas atendido todas a finales del próximo mes de marzo.
Además de las 500 personas que TSB contrató para llevar a cabo la migración tecnológica, empleó a otras 2.100 para atajar la crisis
Si el banco recibiera 10.000 quejas más de las esperadas, ello supondría dos semanas más de trabajo con un coste de seis millones de libras, explica la entidad en las cuentas de 2018. Además de las 500 personas que había contratado para llevar a cabo la migración informática, el banco tuvo que emplear a otras 2.100 para abortar la crisis, que da ya por superada.
TSB afronta por lo sucedido una investigación de la Financial Conduct Authority (FCA), organismo independiente que regula los servicios financieros en Reino Unido, y otra de la Prudential Regulatory Authority (PRA), dependiente del Banco de Inglaterra.