La Comisión Europea ha solicitado información a las autoridades irlandesas sobre la nueva política de equipaje de la compañía aérea Ryanair, por la cual los pasajeros deberán pagar a partir de noviembre una tasa adicional al coste del billete si quieren viajar con una maleta de mano en cabina, con el fin de determinar si se ajusta a la legalidad europea.
"Somos conscientes de este asunto, estamos en contacto con las autoridades irlandesas para obtener más información" al respecto, han asegurado fuentes comunitarias, ante la alarma generada por el cambio en la política de equipajes anunciada recientemente por la aerolínea con sede en Dublín.
El Ejecutivo comunitario podría tomar medidas en el futuro si considera que la medida de cobrar entre seis y diez euros por maleta de mano a quienes no cuenten con una tarjeta de embarque 'prioritaria' supone un caso de discriminación entre pasajeros.
En España, el Ministerio de Fomento anunció que se reunirá con Ryanair para conocer de primera mano su nueva política de equipaje de mano y velar por el cumplimiento de la normativa en un asunto regulado, tanto a nivel europeo como nacional. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ya analiza si la medida anunciada por la aerolínea vulnera la Ley de Navegación Aérea. Tanto la OCU como Facua han denunciado a Ryanair ante la AESA por considerar su nueva política de cobro por el equipaje de mano "abusiva".
Una bolsa gratuita
Ryanair anunció el pasado 23 de agosto que tan solo permitirá a los pasajeros llevar una "pequeña bolsa personal" a bordo, que podrán colocar bajo el asiento de delante y será gratuita como sucede hasta ahora, si bien los clientes que adquieran su billete como 'priority' podrán transportar también una maleta de hasta diez kilos.
Los viajeros que no pertenezcan a clase 'priority' podrán facturar su maleta de diez kilos por ocho euros en el momento de la reserva, que serán depositadas en la bodega del avión.
Según la aerolínea, esta nueva medida, que entrará en vigor el 1 de noviembre, está motivada por los retrasos que sufrían sus aviones al tramitar el equipaje y, además, porque algunos clientes llevaban maletas de un tamaño superior al permitido.
