El transporte ferroviario será uno de los principales protagonistas en la nueva legislatura comunitaria, que se iniciará tras las elecciones del próximo 26 de mayo. El Ejecutivo que salga de la consulta tendrá, entre sus objetivos en materia de transportes, la fase de ejecución de algunos de los aspectos más significativos del denominado cuarto paquete ferroviario, entre los que se encuentra la liberalización del transporte de pasajeros en todos los estados miembros.
Tras la elección de los nueve corredores prioritarios de la llamada Red Transeuropea de Transportes (TEN-T) y su aprobación definitiva por parte del Parlamento Europeo el pasado año, la nueva Comisión Europea se encargará de su ejecución para la que se ha previsto un programa de cofinanciación para los estados valorado en cerca de 30.000 millones de euros.
España se juega mucho en el empeño ya que logró que dos de sus proyectos, los corredores mediterráneo y atlántico, se incluyeran en la privilegiada relación, junto a otros siete que discurren por todo el territorio comunitario y que se espera que entren en servicio en 2030.
En esta legislatura, los transportes y las infraestructuras van a estar especialmente conectados con el ámbito energético
El Gobierno comunitario también tendrá como uno de sus retos principales la supervisión de la apertura definitiva del mercado de transporte de viajeros por vía férrea. Aunque algunos países procederán a la liberalización ya en este 2019, la mayoría, entre ellos España, solicitaron la prórroga prevista en su día para concluir los trámites de preparación, con lo que 2020 será el año de la apertura.
Movilidad urbana
En esta legislatura, los transportes y las infraestructuras van a estar especialmente conectados con el ámbito energético. El sector del transporte es considerado absolutamente clave para alcanzar los ambiciosos objetivos de lucha contra el cambio climático y descarbonización de la economía fijados por la Unión Europea y que tendrán el año 2030 como primera parada para comprobar si se está marchando por buen camino.
En este punto, la Comisaría de Energía y Acción por el Clima ha mostrado en numerosas ocasiones durante la última legislatura su preocupación por los avances en la penetración de vehículos que emplean combustibles alternativos, bajos en emisiones de gases contaminantes y los coches eléctricos. El transporte es uno de los sectores que más contribuyen a la contaminación, especialmente en los núcleos urbanos.
Transporte público
Uno de los retos de la Comisión Europea consistirá en construir los pilares para una estrategia de movilidad urbana sostenible que está empezando a implantarse, cada vez con más fuerza, en las principales ciudades del Viejo Continente. Las restricciones en el acceso a las grandes capitales, el fomento del transporte público y de unas ciudades con mejores conexiones formarán parte de la agenda de Bruselas en los próximos años.
De ahí que la Comisión también esté especialmente centrada en el desarrollo del ferrocarril como medio de transporte paneuropeo que permita el traslado de pasajeros y mercancías con un importante ahorro de emisión de gases contaminantes a la atmósfera. El esfuerzo será especialmente importante para los países de nueva incorporación, que aun tienen mucho que hacer en esta materia.