Los riesgos sistémicos se encuentran en niveles bajos. Se está produciendo una ligera desaceleración del crédito al consumo y éstos tienen un impacto asumible sobre el nivel medio de solvencia de las entidad, según expone el Banco de España en su último informe de estabilidad financiera.
No obstante, el supervisor ha comunicado que está desarrollando procedimientos para adaptar la brecha crédito-PIB a la realidad del ciclo financiero español y tener en cuenta su relación con otras variables fundamentales, al tiempo que monitorizará la evolución del resto de indicadores cuantitativos y de sus proyecciones a medio plazo.
¿Por qué hace esto? Pues porque cuando se analiza la información de manera desagregada se evidencia una elevada heterogeneidad de la situación patrimonial de los hogares. En particular, los segmentos de población que presentan una mayor vulnerabilidad son los de rentas más bajas.
Para estos segmentos la ratio de servicio de la deuda (incluyendo amortización e intereses) sobre la renta bruta del hogar es sustancialmente más elevada que para el resto de los hogares con deuda. En concreto, la carga de la deuda hipotecaria superaba en 2017 (última información disponible) el 50% de la renta en las zonas más humildes mientras que se situaba alrededor del 10% en el de las rentas más altas.
Por su parte, el saldo vivo del crédito al consumo representaba en 2018 el 16% de la renta disponible anual de los hogares que viven en distritos postales con rentas más bajas, frente al 8% aproximadamente en el caso de los hogares que viven en los distritos postales con mayor nivel de renta.
Cuidado con la publicidad
Esta situación también ha provocado que el Banco de España refuerce los controles sobre la publicidad de entidades que prestan dinero.
"La ausencia del requisito de aportación de garantías adicionales y la habitual agilidad en la contratación convierten a este tipo de productos en una opción muy atractiva para la clientela bancaria", asegura el BdE en la Memoria Anual 2018.
En el mismo texto expone que las comprobaciones que se han hecho en este año "inciden, especialmente, en la vigilancia de las fases previas a la contratación del crédito, es decir, en la publicidad y en la información precontractual que se ofrece al potencial cliente, así como en la actuación de los intermediarios del crédito".
En este sentido, el Banco de España realizó cuatro actuaciones in situ y en 36 actuaciones de comprobación a distancia, con objeto de verificar el cumplimiento de los requisitos de transparencia y de protección de la clientela aplicables a este tipo de crédito.
El supervisor destaca entre estas actuaciones varias de carácter transversal, y singularmente las dedicadas al "análisis de tarjetas revolving, a la financiación destinada a la adquisición de automóviles o al crédito vinculado al suministro de bienes o prestación de servicios, dada la especial incidencia que tienen las reclamaciones relacionadas con estas materias".
Crecimiento
Según datos de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF), el número de préstamos personales ha aumentado más de un 26% durante el último año, lo que equivale a unos 2.700 millones de euros concedidos de crédito
El uso de este tipo de créditos o microcréditos ha experimentado un aumento vertiginoso en los últimos años. En 2015, el crecimiento de los préstamos personales fue de un un 5,9% interanual, de acuerdo con datos de la misma entidad.