Caixabank rompió el tabú de reabrir el debate sobre las comisiones bancarias. Su decisión de imponer una tasa de dos euros para aquellos no clientes que utilicen su red de cajeros automáticos alertó al resto del sector que encontró en esta fórmula la posibilidad de generar una buena dosis de ingresos directos. Sin embargo, hasta la pasada semana, ninguna otra entidad movió pieza. BBVA se sumó al cobro por esta tasa. Un impuesto que puede generar a la banca algo más de 120 millones anuales en comisiones, según cálculos efectuados por el sector. Una cantidad demasiado elevada para que el resto de entidades no adopten el camino tomado por Caixabank y BBVA. Entre ambas entidades poseen 15.523 cajeros, lo que supone un 33% de los más de 46.000 que hay en España hasta finales del año 2014.
El resto de entidades admiten que la imposición de esa tasa se encuentra en fase de estudio, aunque la corriente mayoritaria se muestra favorable a llevar a cabo la medida. No en vano, los dos euros que reciban por comisión de los no clientes supera la tasa, en el entorno de los 0,65 euros, que percibe la entidad dueña del cajero del banco emisor de la tarjeta. "Es cierto que existe el riesgo de que caigan las extracciones de los no clientes pero también se corre el peligro de dar mal servicio a los propios clientes, si se generan incómodas esperas en los cajeros, como consecuencia de no imponer la tasa. Lógicamente, el público acudirá a aquellas entidades que no cobren comisión por lo que eso puede redundar en perjuicio de los propios clientes", admiten en un par de entidades que aún no han tomado una decisión al respecto.
Más cerca de adoptar esta medida se encuentra Sabadell. Su consejero delegado, Jaime Guardiola, precisó, este pasado viernes durante la presentación de resultados, que el banco está haciendo un importante esfuerzo inversor en cajeros automáticos que pretende rentabilizar. "Pensamos renovar 800 unidades a corto plazo", comentó Guardiola, con lo que dio a entender que habrá que amortizar esa inversión, lo que puede implicar cobrar por ese servicio. Sabadell sumó algo más de cinco millones de extracciones de clientes procedentes de otras entidades durante 2014, lo que en caso de aplicar la comisión podría alcanzar unos ingresos de casi 10 millones de euros.
"Es cierto que existe el riesgo de que caigan las extracciones de los no clientes pero también se corre el peligro de dar mal servicio a los propios clientes, si se generan incómodas esperas en los cajeros", esgrimen un par de entidades
Guardiola, no obstante, puntualizó que no ha recibido ningún tipo de presión por parte del Banco de España para que la entidad no acabe aplicando esa comisión, pese a que el regulador del mercado financiero ha manifestado su desacuerdo con que las entidades apliquen la comisión. Entiende el organismo gobernado por Luis María Linde que supone un doble pago por esas operaciones: la de la tarjeta del banco emisor, además de la que se carga por la operación de retirada de efectivo.
Por esta razón, el consejo de Servired, la firma dueña del 70% de los cajeros implantados en España, ha aceptado un informe del despacho Uría y Menéndez que sostiene que se pueden cobrar dos comisiones por sacar dinero. Además, el sector también estaba a la espera de una resolución de Bruselas que dictara doctrina sobre esta dualidad de tasas. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también analiza la situación.
Desde 2011, las tarifas de las comisiones bancarias son libres y el Banco de España "no puede denegar el cobro de comisiones bancarias, ni limitar sus importes", según la normativa. Así, las entidades pueden poner los importes que deseen salvo en determinadas operaciones bancarias en las que los importes están limitados por ley, como sucede con la cancelación o amortización anticipada de hipotecas a tipo variable, o de créditos al consumo.
La ley también recoge que las comisiones bancarias y los gastos deben responder a servicios efectivamente prestados o gastos habidos, y que, en todo caso, la entidad deberá informar personalmente y por anticipado del coste del servicio, lo que ya prevé CaixaBank para la nueva comisión al retirar efectivo en los cajeros.
Los bancos ingresaron, en 2014, alrededor de 70 millones por las comisiones que se cobran entre sí cuando sus clientes utilizaban cajeros ajenos
Para evitar conflictos, CaixaBank, además, dejó de cobrar la tarifa a los bancos dueños de las tarjetas con las que se sacaba dinero. Con esta rebaja, trató de que los bancos no repercutieran gastos a sus clientes (ya que no los tenían) y a los clientes solo les costara dos euros la operación.
En este sentido, fuentes del sector confirman que los bancos ingresaron alrededor de 70 millones por las comisiones que se cobran entre sí cuando sus clientes utilizaban cajeros ajenos. "Obviamente, el margen de la comisión de dos euros beneficia a aquellas entidades con un parque de cajeros mayor (como es el caso de Caixabank, BBVA o Santander) porque tienen más puntos donde recaudar", defienden desde una gran entidad. Sin embargo, otros bancos recelan que muchos no clientes opten por caminar para evitar la tasa. De hecho, CaixaBank ha visto cómo las extracciones de los no clientes han caído casi un 50% desde que elevó la comisión y han subido en los cajeros propios de las entidades, según fuentes del mercado.