El Gobierno ha aprobado este viernes un Real Decreto-ley que persigue poner fin a la conocida como guerra de los cajeros, ya que se impedirá que las entidades cobrar una doble comisión a los clientes. A partir de este sábado, tras la publicación de la norma en el BOE, únicamente el propietario del cajero tendrá derecho a percibir una tasa que repercutirá directamente al emisor de la tarjeta, que tendrá que decidir si traslada o no a su cliente parte del coste, su totalidad o la condonación, según explicaron a Vozpópuli fuentes gubernamentales. De esta manera, el coste de realizar una extracción de un cajero de una entidad ajena puede llegar a ser más caro de lo que sucede en la actualidad.
Economía viene celebrando en el último mes reuniones con representantes de las entidades financieras que operan en España para tratar de consensuar una solución a las comisiones que cobran los cajeros tras advertir firmemente que no permitiría el cobro de una doble comisión. Fue Caixabank, a principios de año, quien implantó una comisión de dos euros, y la entidad que, finalmente, ha impuesto realmente sus tesis. En cuanto se publique en el BOE la medida, previsiblemente este sábado, la entidad catalana tendrá que dejar de cobrar esa tasa.
Siendo Caixabank la entidad con mayor número de cajeros en España, será el banco más beneficiado por la medida
Hasta que la entidad presidida por Isidro Fainé activó la medida, era el banco propietario de la tarjeta la que realizaba el cobro al usuario. Pero tras la aplicación de la comisión de Caixabank, algunas entidades mantuvieron el cobro a sus clientes, pagando también a Caixabank, por lo que en el fondo se estaba cobrando una doble comisión, actitud contra la que habían advertido tanto el Gobierno como el Banco de España, y contra la que han cargado asociaciones de consumidores. También la Comisión Europea solicitó información sobre la medida.
Al ser Caixabank líder en España en el número de cajeros, con una red de 9.683, la implantación de la comisión de dos euros impactó sobre millones de usuarios y ha revolucionado la estrategia del sector en este segmento en el país. Santander y BBVA siguieron los pasos de Caixabank y a mediados de año anunciaron medidas similares, aunque no han llegado a ponerlas en práctica.
Ahora Caixabank cobra dos euros a un no cliente que saca efectivo de uno de sus cajeros; a esa comisión se le suma el cargo del emisor de la tarjeta, el banco del cliente. De esta forma, la entidad catalana ingresa los dos euros del cliente, más la cantidad que cargaba al emisor de la tarjeta. Con la nueva medida que anuncia el viernes el Gobierno, únicamente Caixabank podrá cobrar un máximo de dos euros, la cifra es provisional, a la entidad emisora de la tarjeta, y ésta decidir qué importe traslada a su cliente. Aunque la entidad con sede en Barcelona dejará de ingresar la parte que cargaba al no cliente, mantendrá una comisión que previsiblemente rondará los dos euros que cobrará a la entidad emisora de la tarjeta. Así, lo que Caixabank ha logrado ha sido imponer en definitiva un aumento de la comisión que hasta este año los bancos percibían por ser dueños de cajeros. Siendo claramente líder en número de cajeros, en este sentido será la entidad más beneficiada por la medida.
Pactos a la vista
De acuerdo a las fuentes gubernamentales consultadas, Economía es consciente de que la medida impactará sobre los acuerdos que entre distintas entidades se han firmado ya en plena guerra de los cajeros, y que provocará nuevos pactos, por lo que prevé que esta no entre en vigor hasta el próximo 1 de enero.
Bankia, Sabadell y EURO 6000 -Kutxabank, Ibercaja, Grupo Liberbank, BMN, Abanca, Unicaja, Caja España-Duero, CajaSur-, y también Caixa Ontinyent, Caixa Pollença y Cecabank, anunciaron el mes pasado un acuerdo por el cual en sus 17.730 cajeros el propietario del terminal no cobrará recargo a sus clientes. El Real Decreto podría provocar que estas entidades buscaran nuevos pactos con el resto de los bancos para estudiar cuánto cargan a sus clientes por sacar efectivo de cajeros que no son de su propiedad; lo que podría traducirse en tantos pactos como bancos, y en tantas comisiones distintas como acuerdos resulten de las negociaciones.
