Economía

El pacto entre el PSC y ERC condena a Cataluña a una mayor dependencia energética del exterior

Su plan mantiene el cierre de los tres reactores nucleares, impulsa alternativas como el autoconsumo y se opone a los nuevos proyectos de conexión con Aragón

El nuevo Gobierno de Cataluña tampoco hará nada por alargar la vida útil de sus tres reactores nucleares que, si nada lo impide, se apagarán entre 2030 y 2035. El acuerdo entre el PSC y ERC para que Salvador Illa sea presidente habla de un modelo energético “desnuclearizado” para Cataluña, donde las comunidades energéticas y el autoconsumo compensen este apagón.

Una apuesta que, desde el sector energético, se considera "arriesgada". La energía nuclear supone un 60% de la luz que se consume en Cataluña y, con esta estrategia, los analistas energéticos pronostican un aumento considerable de las compras de electricidad al exterior. Un reciente estudio de la consultora PwC, explica que Cataluña, que la retirada del parque nuclear en Cataluña no sólo supondría un incremento notable en las emisiones de CO2, sino que también aumentaría la dependencia energética catalana.

Actualmente, la generación eléctrica en Cataluña es capaz de cubrir la mitad de su demanda. Sin la energía nuclear, el 64% de la demanda eléctrica de Cataluña se tendría que generar en otras regiones. La ausencia de la potencia nuclear estaría relacionada con un posible riesgo de seguridad de suministro para la región.

Cataluña es actualmente la comunidad con mayor demanda eléctrica en España. Según el dato de el Observatori de les energies renovables de Catalunya (OBERCat) esta demanda eléctrica se cubre en un 50% generación nuclear, con el 14% con importaciones eléctricas, un 13% con ciclos combinados de gas, la cogeneración representa un 8%, la eólica un 7%, la hidroeléctrica otro 6% y la solar fotovoltaica un 1%, y residuos no renovables 1%. 

Resumiendo, aproximadamente el 14% de la demanda en Cataluña se cubre con un 14% frente al 52% con el que cerró 2023 en España. Por lo tanto, PSC y ERC necesitan cambiar el modelo de desarrollo de energía renovable a gran velocidad si quieren que pueda suplir a las nucleares. 

Ambos partidos hablan de “continuar la apuesta por el nuevo modelo energético catalán, con la extensión del autoconsumo y las comunidades energéticas”. Su modelo estará basado “en la implementación de las energías renovables, distribuido, participado, desnuclearizado y con cohesión territorial, que debe contribuir a la descarbonización de la economía, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al tejido productivo, en el transporte y en nuestros hogares”, explica el acuerdo entre PSC y ERC. 

Un tema de precio en Cataluña

A la seguridad de suministro y la dependencia del exterior, se suma el precio. Según PwC, este cambio de modelo tendrá un impacto negativo debido al incremento en el precio de la factura eléctrica. Sin energía nuclear, según sus datos, el precio de la electricidad se vería incrementado hasta en 13,26 euros el megavatio hora, lo que supondría un aumento del coste anual del suministro eléctrico para la industria catalana en 265 millones de euros.

La industria en Cataluña supone gran parte del consumo eléctrico de la comunidad, unos 20 TWh anuales. El parque nuclear catalán contribuye no sólo a garantizar su correcto suministro, sino también a la reducción del precio de la energía. Se han dado episodios en los que, debido a la parada de alguna de las centrales catalanas, Red Eléctrica ha tenido que activar la desconexión de industria (SRAD). 

Negativa a proyectos desde Aragón

Su modelo energético priorizará “el fomento de la generación de electricidad renovable, incluida preferentemente la de proximidad y el autoconsumo”. En consecuencia, el nuevo Gobierno de la Generalitat ha dejado por escrito en su acuerdo que rechaza los proyectos privados de las líneas eléctricas de evacuación de muy alta tensión (MAT) de la línea del Baix Cinca-Pierola-Rubí, la línea Valmuel-Begues y la línea Laluenga-Isona.

Estas tres líneas eléctricas, que están diseñadas para trasladar a Barcelona la producción de decenas de parques eólicos desde Teruel, Huesca y Zaragoza, tienen como promotoras a empresas del grupo aragonés Forestalia. Unos proyectos que surgían como alternativa a la falta de suministro eléctrico que tendrá la región tras el apagón eléctrico. Pero, el tiempo a sus nucleares se acaban y las alternativas son escasas por no decir inexistentes. 

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