El impacto de la crisis de los chips en la industria automovilística apunta a ser de proporciones inimaginables cuando comenzaron los primeros parones por falta de abastecimiento. Lo que parecía al inicio algo puntual está marcando el paso en prácticamente todos los países productores y la demanda de este pequeño elemento se está disparando, en parte también para intentar tener stock suficiente de cara al futuro.
Tal es la demanda que el volumen de semiconductores que están solicitando los fabricantes de automóviles mundiales les permitiría construir una cantidad récord de vehículos cuando los problemas de suministro se alivien, según recoge el 'Financial Times' basándose en los datos de los pedidos del mayor fabricante de chips de Europa, Infineon.
El récord anterior se alcanzó en 2018, cuando se entregaron 95 millones de automóviles y camionetas, según la agencia Moody's, y desde entonces, el mercado global del automóvil se ha contraído. La escasez de microchips, que ha supuesto el cierre parcial de plantas en todo el mundo, podría provocar que la producción global de automóviles se reduzca a 77 millones en 2021, casi 8 millones de unidades menos de lo que se pronosticó antes de la crisis, según AlixPartners.
"Si estos números son representativos, entonces el total de los pedidos representaría una demanda de automóviles de entre 110 y 120 millones", explicó Reinhard Ploss, CEO de Infineon. El ejecutivo no sugirió que los fabricantes estaban acumulando semiconductores para evitar una mayor escasez, pero advirtió que era "muy difícil evaluar" si esta demanda se mantendría una vez que la crisis se aliviase. "Una parte importante de los pedidos es una puesta al día y otra es la demanda adicional de los compradores", especificó.
Opel cierra una planta hasta enero
Una crisis que está llevando a continuos ajustes en la producción de las plantas con paros parciales de las mismas. Sin embargo, la evolución de esta crisis ya ha llevado a un fabricante europeo, Opel, a anunciar el cierre de una de sus plantas en Eisenach (Alemania), para todo lo que queda de año. Es el primer fabricante que anuncia un cierre tan a largo plazo por la situación excepcional generada primero por la pandemia y, ahora, por la escasez mundial de semiconductores.
El grupo automovilístico Stellantis, al que pertenece Opel tras la fusión de la italiana FCA y la francesa PSA, prevé llevar por ello importantes ajustes de la producción. El cierre temporal de la fábrica de Eisenach, en la que se ensambla el modelo Grandland del segmento SUV, afecta a 1.300 empleados, que se acogerán a un ERTE.
Los últimos datos en España tampoco son precisamente alentadores, y la falta de chips continúa mermando la capacidad de producción de los fabricantes de automóviles, que ha provocado que las matriculaciones de turismos y todoterrenos vuelvan a caer en septiembre por tercer mes consecutivo y retrocedan un 15,7% interanual, hasta las 59.641 unidades.
Para Anfac, la citada falta de chips, la evolución de la pandemia y la incertidumbre de los consumidores ante cómo va a evolucionar la crisis económica han ocasionado una caída del mercado "mucho peor de la pronosticada a principio de año", sin que se vea una solución a corto plazo a la escasez de semiconductores, con lo que no se espera una recuperación del impulso en el último trimestre.
Los concesionarios no tienen el "stock" suficiente para atender la demanda, y desde la patronal de los mismos, Ganvam, se señala también como responsable de estos malos datos a la subida "desbocada" del precio de las materias primas y de los costes logísticos, especialmente del transporte por vía marítima.